Dos claves para entender los resultados de Kutxabank durante los nueve primeros meses del año. La primera, el aumento significativo de las provisiones, que alcanzaron los 445,3 millones de euros, un 61,9% más, y que lastraron el beneficio bruto, que no superó los 522,4 millones, un 5% menos que el alcanzado un año antes.
Al final, tras abonar 126,3 millones de euros en impuestos, un 23,4% menos, la entidad que preside Antón Arriola registró un beneficio neto de 396,2 millones, un 2,8% más que en septiembre de 2023.
La segunda clave fue el el negocio típico bancario, que aumentó un 16,4%, hasta los 1.514,5 millones de euros. Creció todo: el margen de intereses, un 23,4%, hasta los 1.031,8 millones, y las comisiones, un 3,9%, hasta los 482,7 millones. El margen bruto alcanzó los 1.478,3 millones, un 14,1% más y el margen de explotación hizo lo propio y mejoró un 16,9%, hasta los 946,8 millones.
Lo más positivo fue, sin duda, la actividad comercial que permitió crecer en todos los negocios, incluso en el casi estancado crédito para familias y empresas (+0,4%), que alcanzó los 47.328 millones. La evolución del crédito al consumo fue totalmente distinta ya que se disparó un 22,4%, hasta los 557 millones, un nuevo récord histórico. El crédito comercio también despuntó (+30%) y alcanzó los 138,6 millones.
La actividad comercial también se reflejó en los recursos fuera de balance que, por primera vez, superaron los 40.000 millones de euros. El área de seguros también creció con la firma de 91.810 nuevas pólizas, un 3,8% más que hace un año. Todo esto con una morosidad del 1,3%, muy por debajo del 3,4% de la media del sector. Donde Kutxabank no está tan pletórica es en la rentabilidad: el ROTE (rentabilidad sobre el capital tangible), que cerró septiembre en el 9,3%, el mismo nivel que en diciembre de 2023.