La oferta voluntaria de LetterOne sobre DIA ha cambiado el rumbo en la cadena de alimentación, aunque el desenlace de esa OPA depende en gran medida de la negociación con los bancos acreedores, pero con un matiz: con esa opción desparece el riesgo de impago de la deuda, un alivio a su dolor de cabeza desde que el grupo entró en una crisis de vértigo.
La disyuntiva en el escenario actual para los bancos es clara: negociar con Fridman (29%) para llegar a un punto de equilibrio y alcanzar un acuerdo o mirar cómo el grupo enfila hacia el concurso de acreedores, la opción más dolorosa en ausencia de otras alternativas viables.
El concurso, ojo, convertiría a las entidades financieras en principales accionistas de un grupo de 40.000 trabajadores, algo indeseable, sobre todo para el Santander.
El acuerdo con Fridman depende del punto de equilibrio que logren, pero es una de las condiciones de la OPA
La banca ha negociado desde finales de 2018 con el Consejo de Administración para una solución que ponga remedio a la recapitalización del grupo, con la exigencia de grandes desinversiones y un plan de negocio. Las negociaciones, ahora, son con LetterOne, que ha terciado con su oferta voluntaria, acogiéndose artículo 8.f del real decreto de 2007, que excluye un precio equitativo, para bloquear al equipo directivo y su ampliación de capital de 600 millones.
El magnate ruso, es más, ha supeditado el acuerdo con la banca a que prospere su oferta. La otra condición es que la apoye el 50% de los accionistas (o el 35,5%, teniendo en cuenta el 29% de LetterOne).
Si no hay acuerdo, por tanto, llegaría más leña al fuego del riesgo que corren los bancos, que sumarían más pérdidas a las que ya acumulan. En ese sentido, ha constatado como un consuelo que los bonos con vencimiento este año (305 millones) se hayan apreciado en una semana hasta el 90% de su valor, cuando antes de la OPA cotizaban con un descuento de entre el 25% y el 45%. Ahora bien, la deuda bancaria con vencimiento este año es casi el triple: 896 millones.
Los bonos de 2019 (305 millones) se han apreciado hasta el 90% de su valor en unos días, un alivio para la banca
La oferta voluntaria de Mikhail Fridman, en cualquier caso, era previsible, para que LetterOne no diera por perdida su inversión en el grupo. El guión estaba escrito desde que estallaron las diferencias entre el principal accionista y el Consejo de Administración. Habrá sorprendido únicamente a los más despistados.
Sólo era cuestión de tiempo. Incluso por el precio, de 0,67 euros, prácticamente el mismo precio -no superior a 0,70 euros- del que informó Hispanidad con las fuentes consultadas antes de que la OPA tomara cuerpo.
La oferta se adapta a la valoración en términos de Ebitda del grupo (337,9 millones), marcado por un balance muy pobre, y se han confirmado con la presentación de los resultados anuales, peores de lo esperado: un arquetipo de tumba financiera a la espera de un rescate urgente.
La deuda bancaria con vencimiento anual asciende a 896 millones, demasiado riesgo en caso de concurso
Hay que tener en cuenta la situación del sector, cuya valoración ha caído de 9 a 7 veces el Ebitda en un año por el estrechamiento de márgenes. En el caso de DIA, la valoración desciende a 5 veces el Ebitda (entre Carrefour, algo mejor, y Casino, peor).
A eso se añade el problemón de la deuda neta, en 1.451,6 millones, con un patrimonio negativo de 166 y un capital circulante de -718,5 millones, con un pago pendiente a proveedores superior a los 1.400 millones.
Es lo que hay, mientras la realidad hasta ahora es que ni se espera una oferta competidora que mejore el precio -habría que echarle mucho valor y una contraopa tendría que superar en un 10% a la del magnate ruso-, ni se vislumbra un caballero blanco, menos probable que lo anterior.
Los resultados han ennegrecido más la crisis galopante de DIA para que puedan funcionar
La acción cotiza por encima del precio de OPA, aunque lo más probable es que se vaya corrigiendo hasta los 0,67 euros. Ocurre en la mayoría de opas, muchas veces por los títulos que mueve el propio ofertante, para animar a los accionistas a acudir.
La operación de Fridman dependerá también de la autorización de la CNMV cuando la formule en un folleto. Lo ha retrasado hasta ahora por la presentación de las cuentas anuales.
Si la operación prospera, el recorrido pendiente entre la presentación, la tramitación y el visto bueno de la OPA de la CNMV puede ser de dos meses. En otras palabras, puede quedar finiquitada antes del verano.
En el entretanto, el Consejo de Administración ha seguido adelante, a pesar de que ha quedado atado de manos y no le quedará otra que ceder a las pretensiones de LetterOne, algo que ya dejaron entrever en el comunicado del miércoles con la posibilidad abierta de apoyar la OPA. Corre el riesgo de acabar trasquilado.