Los gigantes tecnológicos están dando marcha atrás, después de años de auténtica locura, con contrataciones masivas de trabajadores incluidas. Entonces, la digitalización era considerada un fin en sí misma, y no como lo que realmente es: un medio. Saber manejar un ordenador está muy bien, pero no sirve de nada si no tenemos un para qué.
Algo similar sucede en el sector financiero. En Hispanidad hemos criticado durante años la apuesta ciega del BBVA, con FG al frente, por la digitalización, cuando ni los propios empleados sabían hacia dónde se dirigía la estrategia del banco. Una apuesta, por cierto, carísima, y con consecuencias nefastas para el cliente analógico, no solo del BBVA, sino de todo el sector en nuestro país, especialmente de las entidades grandes y medianas.
Volviendo a las tecnológicas, Google ha sido la última en notificar -viernes 19- el exceso de personal. En su caso, despedirá a 12.000 empleados, el 6% de la plantilla que tiene repartida por todo el planeta, incluido España. “Asumo la completa responsabilidad de las decisiones que nos han llevado a este punto”, afirmó el CEO de la compañía, Sundar Pichai, en un mensaje a la plantilla, según Bloomberg. “Son momentos importantes para redirigir nuestro foco, rediseñar nuestros costes y dirigir nuestro talento y capital a nuestras mayores prioridades”, afirmó.
En julio frenó las nuevas contrataciones y el propio Pichai alertó a la plantilla en agosto, tras los malos resultados del primer semestre: “Deberíamos pensar en cómo podemos minimizar las distracciones”, les dijo entonces a los 174.000 trabajadores del grupo tecnológico. Algo se estaba cociendo.
Google despedirá a 12.000 empleados, el 6% de la plantilla que tiene repartida por todo el planeta, incluido España. “Asumo la completa responsabilidad de las decisiones que nos han llevado a este punto”, afirmó el CEO, Sundar Pichai
Lo cierto es que para desarrollar su negocio, que no es otro que el monopolio de las búsquedas y la publicidad en internet, Google -parásito, ladrón y censor- ya no necesita a tantos empleados y se puede ahorrar miles de salarios: 12.000 en un primer momento. Ya veremos si estos ajustes tienen segunda parte, que todo podría pasar.
Los despidos de Google son los más recientes pero no los más numerosos. La medalla de oro, en este sentido, se la lleva Amazon, con 18.000 despidos, el 6% de la plantilla, aunque en términos relativos, el ganador indiscutible entre las grandes es Facebook, con 11.000 despidos, el 13% de su fuerza laboral. Algo de culpa, aunque no toda, la tiene el metaverso, que ha pasado, en pocos meses, de promesa a fracaso.
Ni siquiera Microsoft se libra de la ola de despidos y rescindirá el contrato a 10.000 empleados, el 5% de su plantilla. Tampoco Netflix, que despedirá al 4% de sus trabajadores, esto es, a unos 300 empleados, ni mucho menos Twitter, que, tras la llegada de Elon Musk, ha echado a más de 700 trabajadores y, por primera vez, ha rebajado la plantilla por debajo de los 2.000 empleados.
En definitiva, la digitalización está muy bien, pero no es un fin en sí mismo, algo que las tecnológicas no han tenido en cuenta y han engordado sus plantillas durante años, hasta ahora. En el sector financiero, sin embargo, la digitalización ha provocado la caída en picado de la atención al cliente, analógico. Y todavía en España hay muchos clientes analógicos, y no todos son ancianos. Por cierto, la campaña 'soy viejo, pero no idiota' no ha cambiado nada, o prácticamente nada, la situación.