Y lo hace en su tradicional carta anual a los directores generales de las empresas en las que BlackRock invierte.

Fink, que está en pleno pulso con Ignacio Galán, destaca en la misiva como una de sus conclusiones prioritarias, que hay que subir el salario a los trabajadores en las empresas y reducir el sobreprecio de los productos ecológicos.

Estas reflexiones le han supuesto críticas que le acusan de imponer una agenda ‘progresista’ y de apuntarse al tren de la sostenibilidad para sobrevivir, a lo que el peso pesado de Wall Street y el mayor gestor de activos del mundo responde: “No es capitalismo woke. Es simplemente capitalismo…impulsado por relaciones mutuamente beneficiosas entre la empresa y los empleados, clientes, proveedores y comunidades de los que la compañía depende para prosperar”. Según él, “ahí es donde reside el poder del capitalismo”.

Quiere rebatir así las críticas al giro ASG (gestión con criterios sostenibles) que está dominando la industria financiera estos últimos años. “Nosotros nos centramos en la sostenibilidad no porque seamos ecologistas, sino porque somos inversores y fiduciarios de nuestros clientes”.

El término ‘capitalismo woke’ se aplica al intento de las capas altas de la sociedad y la industria cultural (Hollywood, la Academia, Silicon Velley, grandes corporaciones...), por mostrar lo comprometidos que están con la lucha contra el racismo, el sexismo, la homofobia, la transfobia... y proponer valores de igualdad, diversidad y multiculturalidad. Con perdón.

En cuando al precio de los productos ecológicos, Fink asegura: “Los próximos 1.000 unicornios no serán motores de búsqueda ni redes sociales, sino empresas innovadoras sostenibles y escalables; start-ups que contribuirán a la descarbonización del mundo y conseguirán situar la transición energética al alcance de todos los consumidores”. Si él lo dice.

Y pone el foco de atención en que: “Hay que admitir que los productos ecológicos a menudo conllevan un mayor coste hoy día. Reducir esta prima verde será esencial para una transición ordenada y justa”. Es decir, malversar el mercado.

Lo que no defiende BlackRock en ningún caso es la venta generalizada de posiciones en sectores de combustibles fósiles. “Desinvertir en sectores enteros -o simplemente trasladar activos intensivos en carbono de los mercados cotizados a los privados- no llevará al mundo a la neutralidad de carbono. Y BlackRock no propone hacerlo en empresas de petróleo y gas”.

 

El Gobierno hunde los planes de pensiones individuales

 

Era de esperar porque los últimos datos que ha estado proporcionando Inverco, en meses precedentes, marcaban un rumbo claramente a la baja, es decir, el desplome en las aportaciones de los españoles a los planes de pensiones individuales.

Concretamente el dato que ofrece la Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva es que, las aportaciones a planes de pensiones individuales se desplomaron en 2021 un 41%.

El año pasado entraron solo 2.539 millones de euros, frente a los 4.314 millones del año anterior. La explicación es la drástica reducción aprobada por el Gobierno en los límites de aportación anual (y también de deducciones), que pasó de 8.000 euros a solo 2.000 euros y que para este ejercicio 2022 baja a 1.500 euros.

Inverco señala además que por primera vez ha salido más dinero del que ha entrado en el sistema de planes individuales. Los reembolsos netos fueron en 2021 de 92 millones de euros, porque hay más gente rescatando sus planes que gente aportando.