El primer trimestre de Meliá fue mucho mejor que el de 2021, pero se quedó lejos de las cifras registradas en 2019. Lo más positivo fueron los ingresos, que aumentaron un 255,5%, hasta los 271,4 millones de euros (8 millones correspondieron a ayudas directas del Gobierno), más de lo esperado por el mercado, aunque un 30,9% menos que en 2019.
El ebitda, por su parte, no alcanzó las expectativas del mercado y se quedó en los 22,7 millones de euros por el impacto de la inflación en los costes. Lo mejor, en cualquier caso, fue que volvió al terreno positivo después de las pérdidas de 51,2 millones de 2021.
Al final, sin embargo, el resultado final del trimestre fue negativo en 59,3 millones, un resultado un 54,7% mejor que el marzo de 2021, cuando las pérdidas alcanzaron los 130,9 millones, pero aún muy alejado de los 11,5 millones que ganó en 2019.
Tampoco fue buena la evolución de la deuda, que aumentó en 66 millones desde diciembre y se situó en los 2.919 millones de euros, lo que llevará a la empresa a seguir vendiendo activos durante los próximos trimestres, por valor de unos 200 millones de euros. A finales de año, además, publicará una nueva valoración de activos, ya que la última data de 2018.
A pesar de todo, la hotelera que dirige Gabriel Escarrer Jaume es optimista de cara al verano por la buena evolución de las reservas. De momento, la cotización se ha visto muy afectada este martes y cuando restan tres horas para el cierre, las acciones de Meliá caen más de un 9%. El grupo hotelero vale hoy unos 1.540 millones de euros en bolsa.