Un gran movida mediática la del jueves por la tarde: al parecer, alguien próximo al fiscal general del Estado, don Álvaro García Ortiz, se habría puesto en contacto con Telefónica para acceder al listado de las llamadas del fiscal que, o bien éste borró o bien hizo desaparecer cambiando de móvil. Sí, hablo del hombre que lidera la Fiscalía del Estado.

La cosa es: ¿llamó a Telefónica como fiscal general Ortiz, o como Alvarito el imputado por el Tribunal Supremo? De cualquier forma, no puedo dejar de reparar en que este personaje, Álvaro García Ortiz, un guardián de la ley que se dedica a bordear la ley por procedimientos tán prosaicos, pero eficaces, como el borrado de mensajes o el cambio de terminal de móvil. Pero el gobierno, miren por dónde, continúa mostrándole todo su apoyo… por la cuenta que les trae. 

Unas pocas declaraciones pertinentes: cualquier usuario de telefónica o de cualquier otro operador puede exigir el listado de sus llamadas salientes, ojo, no de los entrantes. Según obligación legal, una operadora sabe a qué número ha llamado cualquiera de sus clientes, o qué números han recibido, aunque esto no puede decirlo, pero, ojo, no sabe o no tiene las grabaciones de las conversaciones. Eso significa que si quieres piratear un móvil tienes que hacer los procesos con ese móvil concreto y con premeditación, por supuesto a las órdenes de un juez. 

La operadora no lo hace, claro, eso seria espiar, pero sí puede hacerlo, por ejemplo, el comisario Villarejo, quien pagaba a trabajadores de las operadoras para que le grabara en conversaciones.

Por otra parte, las operadoras no graban conversaciones que no vayan por la línea normal. En definitiva, no pueden saber nada ni de llamadas realizadas vía WhatsApp ni tampoco de mensajes webs. Por eso, hay tantos poderosos o enterados, que ya sólo utilizan el WhatsApp como medio de comunicación. Además, es gratis. 

En Madrid ya se está vendiendo, por 2 millones de euros, un programa para grabar conversaciones y mensajes de WhatsApp, hasta ahora la técnica habitual para no ser espiado

Ahora bien, los delincuentes siempre van por delante de los legales y de la propia ley. Ahora mismo, en Madrid, se vende un software para grabar WhatsApp, tanto mensajes como conversaciones, por el módico precio de 2 millones de euros. 

En cualquier caso, que el viernes 10 de enero de 2025, tras todo lo que ha caído y lo que está cayendo, el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, no sólo permanezca en su puesto sino que sea alabado por los ministros del Gabinete supone una cosa muy sencilla: el Sanchismo ha alcanzado el cinismo pleno y no piensa bajarse de él Habrá que tirarle.