El dinero es muy cobarde. Además de la fuga de empresas -desde octubre de 2017 a marzo de este año han salido más de 4.900-, el procès catalán ha provocado la huida de depósitos a otras regiones españolas. Concretamente, han pasado de 184.734 a 152.169 millones. No es poca cosa.

Hablamos de 32.500 millones de euros que han salido de Cataluña desde el referéndum del uno de octubre hasta el 31 de marzo pasado. Son cifras difundidas el viernes en la primera edición del Telediario de TVE. Cosa seria. Me dirán, no obstante, que la macro fuga se produjo durante el último trimestre de 2017 y que en 2018 la situación se ha normalizado, y tienen razón. Hasta diciembre, la huida alcanzó los 31.400 millones y de enero a marzo sólo se han contabilizado 1.100 millones adicionales.

Hablamos de 32.500 millones de euros que han salido de Cataluña desde el 1-O hasta el 31 de marzo pasado

Efectivamente, la rápida reacción de los bancos catalanes que, junto a la apertura de cuentas espejo, trasladaron sus sedes sociales fuera de esa región, unido a la aplicación del artículo 155 que supuso la rebaja de la tensión -al menos de cara al exterior- frenó lo que podría haber sido un éxodo histórico de depósitos bancarios.

Ahora bien, a pesar del frenazo, las entidades están lejos de recuperar los niveles anteriores al 1-O. Incluso, no se descarta que sufran una nueva recaída después de comprobar los objetivos del president Torra y la debilidad del Gobierno Sánchez. En definitiva, va a ser muy difícil que Cataluña pase de tener el 12,7% de los depósitos de España a la cuota del 15,3% que tenía a finales del tercer trimestre de 2017.

no se descarta que sufran una nueva recaída después de comprobar los objetivos del president Torra y la debilidad del Gobierno Sánchez

La otra cara de la moneda son Valencia y Aragón. La primera ha incorporado 5.000 millones de euros de octubre a marzo y la segunda, 1.000 millones. Su cuota en el global del país ha aumentado hasta el 9% en el caso de Valencia, y hasta el 3% en el de Aragón. Eso sí, la llegada masiva de depósitos se produjo hasta diciembre. Veremos qué ocurre en los próximos meses. Una cosa no varía: el pánico del dinero a la inestabilidad y a la incertidumbre.