El lujo en el sector automovilístico lleva nombre alemán. Mercedes-Benz ha tenido premio por fabricar en España, donde ha cerrado 2022 ostentando el liderazgo en ventas dentro del segmento premium, mientras que BMW ha mantenido la primera posición a nivel mundial en dicho segmento.
El grupo automovilístico con sede en Stuttgart y que tiene como director ejecutivo a Ola Källenius no sólo vende sus coches en nuestro país, sino que también apuesta por crear empleo industrial: tiene una planta en Vitoria. Aquí ha vendido 36.494 unidades en 2022, lo que supone un 8,3% más que el año anterior y encima lo ha hecho dentro de un mercado que ha retrocedido un 5,4% y es un 35% inferior al preCovid. Con esas 36.494 unidades ha sido líder en el segmento premium español, pese a las grandes dificultades que sufre el sector (la falta de suministro por escasez de componentes -en especial los chips- y los continuos problemas logísticos), y que se han visto agravadas tras la pandemia por la guerra en Ucrania. A nivel mundial, Mercedes-Benz ha vendido 2,04 millones de turismos, tan sólo un 1% menos que el año anterior, y también 411.000 furgonetas; y en resultados le ha ido bastante bien en los nueve primeros meses incluso con la decisión de abandonar Rusia.
Por su parte, a su compatriota, el grupo automovilístico con sede en Múnich y que dirige Oliver Zipse, le gusta vender en España, pero no fabrica aquí, al igual que hace la mayoría de marcas asiáticas. En 2022, en nuestro país, su marca insignia, BMW vendió 30.682 turismos, un 12,8% menos; Mini, 8.242 (-2,2%) y Rolls Royce, 2 (-33,3%). Por su parte, a nivel mundial, al grupo le ha ido mejor: ha vendido 2,4 millones de turismos, lo que supone un 4,8% menos, pero ha logrado mantener la primera posición en el segmento premium a nivel mundial. Eso sí, en resultados no le va tan bien como a su compatriota: aumentó beneficio neto y ventas, pero redujo beneficio operativo y ventas en los nueve primeros meses.