Este miércoles, el neerlandés Maarten Wetselaar ha enfriado las expectativas de nuevos inversores o de potenciales interesados en Cepsa, al referir que esta no tiene “ningún plan de salir a bolsa”, de momento. Así ha respondido a la pregunta de Hispanidad en un desayuno informativo organizado por Nueva Economía Fórum, aunque ha considerado que “es bastante interesante que pueda invertir todo el mundo en el futuro” y que “algún día vamos a poder hacerlo, vamos a volver a la bolsa, pero no ahora. Tenemos mucho camino de inversiones verdes antes”, ha añadido.
El consejero delegado de la petrolera que es propiedad de Mubadala y The Carlyle Group (en un 61,5% y en un 38,5%, respectivamente) ha destacado que estos accionistas “están muy contentos con Cepsa”. Asimismo, ha aplaudido el hecho de que solo haya dos accionistas, no como en su antigua casa (Shell), donde ha trabajado 26 años y cuatro meses, pues a la hora de la transición energética se necesitan inversiones y cambios y “podemos avanzar más rápidamente porque tenemos sólo dos accionistas y ambos están de acuerdo” en cómo hacer dicho avance.
El objetivo es que “los negocios sostenibles aporten más del 50% de los ingresos al final de la década”, que ahora suponen menos del 10% del total. Y la herramienta será el plan estratégico, con unas inversiones de 8.000 millones, que puede generar con el negocio existente
“Somos muy buenos pero muy tradicionales”, ha referido Wetselaar, que continúa avanzando en el dominio español y que ha sido fichado para dar el giro verde a la petrolera, dos tareas en las que se afana desde el pasado 1 de octubre. El objetivo de Cepsa es que “los negocios sostenibles aporten más del 50% de los ingresos al final de la década”, los cuales ahora suponen menos del 10% del total. Y para ello, la gran herramienta será el plan estratégico, que se desarrollará gracias a unas inversiones de hasta 8.000 millones de euros y Wetselaar ha desvelado la incógnita de cómo se financiarán, en respuesta a otra pregunta de Hispanidad: “Históricamente Cepsa ha invertido unos 1.000 millones al año hasta la pandemia, cuando la cifra bajó a 400 millones, por lo que 8.000 millones en siete años no es mucho y se puede generar con el negocio existente. En un mundo normal con precios de la energía normales se puede generar ese cash flow (flujo de caja) y repartir dividendo”.
Entre los principales proyectos del plan estratégico, está el despliegue de electrolineras, pues el propio Wetselaar comprobó que “no fue fácil cargar el coche eléctrico” cuando estuvo recorriendo España, tras salir de Shell y antes de llegar oficialmente a Cepsa; y para ello han suscrito una alianza con Endesa. Otro gran proyecto es el desarrollo de biocombustibles, especialmente para aviación, y la producción de hidrógeno verde, un segmento en el que España podría convertirse en líder europeo y no sólo ser productor sino exportador, pero que ahora es carísimo. Wetselaar ha señalado que el coste de producir hidrógeno verde está entre 6-8 dólares por kilo, pero que habría que reducirlo a la mitad para ser rentable su uso en camiones y hasta una tercera parte (2-2,5 dólares) para utilizarse en industria. El CEO de Cepsa ha insistido en que hay que “reducir los costes del hidrógeno verde a base de escala” y en que no podemos esperar 20 años (como pasó con la solar) para que sea un negocio sin subsidios”, por lo que se necesita también avanzar en una buena normativa y que esta sea “estable”, ya que “en biocombustibles la normativa está más avanzada”.
Apuesta por las energías renovables para consumo propio, porque “en Cepsa se nos da muy bien producir y vender moléculas”, sin renunciar a la exploración y producción de petróleo, porque es la rama que “va a generar el dinero para la transformación” verde..., al tiempo que apoya la prohibición de 'fracking'
La petrolera también apuesta por las energías renovables, pero no por comercializar dicha energía como otras compañías, pues la destina a consumo propio y “es difícil conseguir un buen retorno en eólica y solar”, y también influye el hecho de que “en Cepsa se nos da muy bien producir y vender moléculas”. Eso sí, no renuncia a la exploración y producción de petróleo, porque es la rama que “va a generar el dinero para la transformación” verde. Asimismo, Wetselaar ha apoyado la decisión de España y otros países europeos de prohibir el fracking (fractura hidráulica) para extraer petróleo y gas por su impacto medioambiental y social: “No creo en esquistos bituminosos en Europa ni en España, tienen que centrarse en el futuro y no en el pasado”. Además, ha añadido que en nuestro país y el resto de Europa se van a necesitar cada vez menos combustibles y se va a reducir la demanda, pero Cepsa “tiene la suerte” de tener el mercado africano muy cerca de sus plantas en Andalucía y el negocio tradicional podría ser interesante en Marruecos, y además, tiene una “relación a largo plazo con Argelia”.
Respecto al impacto de la guerra en Ucrania, Wetselaar ha subrayado que el día que se produjo la invasión rusa “dejamos de comprar crudo a Rusia y de venderle”, algo que ha reducido la producción de queroseno y diésel, y están intentando comprarlo a otros países. Además, considera que con el conflicto, la independencia y la seguridad energéticas están amenazadas y se han convertido en cuestiones prioritarias, y que las soluciones en el caso de España “se solapan con las del cambio climático”. De hecho, nuestro país “puede convertirse en productor y exportador de energía, porque puede ser líder en hidrógeno verde y biocombustibles”.