¿Recuerdan en La Isla del Tesoro, aquel viejo marino que esperaba y temía la 'mancha negra' como síntoma inequívoco de su final? Pues la mancha negra se ha hecho famosa en la clase empresarial española. Todos temen que John Silver-Sánchez les envíe la mancha negra y entonces se esconden, timoratos.
Los empresarios no soportan a Sánchez pero viven bajo el síndrome de la Mancha negra. Todos tienen miedo a la Moncloa y no se atreven a hacerle frente
Vamos con Iberdrola. ¿La decisión está tomada? No, pero Ignacio Sánchez Galán lo tiene todo listo para marcharse de España. El modelo jurídico previsto puede activarse en 24 horas. Según dicen en la compañía, en 48.
Y ojo, hablamos de que la sede social de la compañía se traslade fuera de España, quizás a Londres, quizás a Nueva York. El segundo accionista de Iberdrola, Blackrock, apoyaría la operación. Insisto: hablamos del modelo Ferrovial, no Repsol. La petrolera no ha amenazado con marcharse de España sino con invertir en otros países. Iberdrola lleva tiempo invirtiendo fuera, ahora en lo que piensa es en dar el portazo.
Dos años atrás, Pedro Sánchez empeñado en controlarlo todo, jueces, prensa y empresas, ya citó a Ana Botín y Sanchez Galán como ejemplo de lo que no había que hacer, una ofensa innecesaria. Ahora, en su libro Tierra Firme, Pedro Sánchez vuelve a arremeter contra Galán, asegurando que se opuso al impuestazo a bancos y energéticas (como todos los bancos y todas las energéticas y ni tan siquiera fue el más activo). Al final, habla de justicia poética, en una afirmación no especialmente inteligible.
Así que Galán empieza a cansarse. Piensa seriamente en que Iberdrola se traslade, bien a Reino Unido bien a Estados Unidos, a los que considera países con mayor seguridad jurídica que España pero, no nos engañemos, también son países con Ejecutivos menos cainitas que España.
Los empresarios no quieren irse de España porque falte la precitada seguridad jurídica. No, lo que quieren es marcharse a países menos cainitas que la España de Sánchez
En cualquier caso, Iberdrola no es el único ejemplo: los empresarios no soportan a Sánchez pero viven bajo el síndrome de la Mancha negra. Todos tienen miedo a la Moncloa y no se atreven a hacerle frente.
La anécdota: José Luis Fernández Peña, actual responsable de prensa de Iberdrola, ocupó el mismo cargo a las órdenes de Pedro Sánchez en el PSOE. La vida te da sorpresas...