Al decir que Mapfre se estanca no nos referimos tanto al beneficio, que en septiembre alcanzó los 471 millones, un 3,6% menos que en 2022 por el apunte contable que supone la revisión a la baja (-75 millones de euros) de su filial en EEUU, como a la trayectoria de la compañía desde hace unos años. Por cierto, sin el ajuste contable de EEUU el beneficio habría sido un 11,7% superior al de septiembre de 2022.
Antonio Huertas asumió la Presidencia -año 2012- y su primera misión, tapar los agujeros de su antecesor, José Manuel Martínez, la realizó, no sin mucho esfuerzo, con éxito, demostrando que es un excelente administrador. Los problemas llegaron a la hora de hacer crecer el negocio. Por ejemplo, la internacionalización no funcionó y tuvo que replegar velas, en plazas de EEUU y Asia, principalmente. De la evolución de Mapfre Re en China -la reaseguradora lleva desde los años 80 pero sólo con oficina de representación- sabemos poco, de momento, pero se trata de un mercado muy complicado en el que otras firmas españolas, como BBVA, Telepizza, Tous, etc. han fracasado.
Tampoco pudo convertir Mapfre en el gran gestor de fondos de pensiones individuales, no porque no lo intentara o no tuviera capacidad para serlo, sino porque dependía de la legislación y el Gobierno Sánchez hizo justo lo contrario de lo que debía y en lugar de favorecer el ahorro particular se lo cargó y, con él, el proyecto de Huertas.
Pero tal vez donde mejor se vea el estancamiento de Mapfre es en el negocio de gestión de activos, concretamente en la compra de sólo el 20% de Abante, una participación que no le permite a Mapfre, la primera aseguradora española, tener el control de la firma.
Otro tanto le sucede con el seguro de salud cuya evolución ha sido claramente ascendente durante los últimos años. Mapfre no ha logrado situarse entre las principales firmas de nuestro país al fiar su futuro al crecimiento orgánico. Y es que, según Huertas, no hay actualmente ninguna aseguradora de salud en venta.
En este contexto, el presidente de la aseguradora presentó este viernes cambios en el organigrama destinados a rejuvenecer la cúpula de cara a esta nueva etapa post-covid.
La única salida es la de Ignacio Baeza, vicepresidente primero, que se jubila con 61 años. Baeza permanecerá ligado a la compañía como no ejecutivo en Mapfre España y Mapfre Vida. A partir del uno de enero será sustituido por José Manuel Inchausti, actual CEO en España y Portugal. Inchausti -“se sitúa a mi lado”, afirmó Huertas- es de la misma quinta que el presi, esto es, tiene 59 primaveras.
Por cierto, preguntado al respecto, Huertas aseguró que su intención no es marcharse antes de los 65, edad máxima que marcan los estatutos para ser ejecutivo. Así, si el Consejo de Administración van renovando su confianza, Huertas estará al frente de Mapfre hasta 2029.
Más movimientos: el director financiero, Fernando Mata (62), asciende a vicepresidente tercero y contará con José Luis Jiménez como número dos, esto es, como director financiero adjunto y de inversiones.
En cuanto a Iberia (España y Portugal), la salida de Inchausti será cubierta por la actual responsable de Personas y Organización, Elena Sanz, que tendrá como CEO adjunto de la filial y de Mapfre Vida a Jesús Martínez Castellanos, actual consejero delegado territorial de Latam.
Tras esta remodelación, que implica una estructura más simple, la edad media de la cúpula de aseguradora será de unos 45 años. En 2029 tendrán poco más de 50 años, una edad estupenda para tomar las riendas del Grupo de cara a la década siguiente.