Un político como Pedro Sánchez necesita de una Administración que colabore y esté contenta con él o, al menos, a la que no cabrear en exceso, por lo que su titular de Hacienda, la sevillana María Jesús Montero, una mujer capaz de venderle una nevera, y a buen precio, a un esquimal, salió a su rescate y logró un acuerdo con CCOO y UGT, que no con CSIF, que es el sindicato mayoritario, para subir el salario de los funcionarios en un 3,5%.

En 2022 fue del 1,5%. A partir de este año, los PGE 2023 contemplan una subida de los salarios de los funcionarios del 2,5%, subida que podrá llegar al 3,5% dependiendo del IPC y el PIB nominal. Además, con el acuerdo en 2024 se puede incrementar hasta el 2,5% dependiendo de la variación del IPC armonizado.

Montero aseguró que esta subida no supondría una merma de las arcas públicas, y ahora sabemos por qué. María Jesús Montero -alias 'Marisu'- es la embustera más inteligente de todo el sanchismo y una vez más se la ha colado a todo el mundo. 

Marisu ha patentado la marca de fábrica, la gran trampa del régimen sociopodemita, consistente en subir los impuestos laborales a la par que se suben los sueldos. Y con los funcionarios no iba a ser distinto. Así ha subido hasta un punto el IRPF, y las cotizaciones sociales otro tanto, llegando las máximas a un incremento estimado del 8,6% anual y ha creado el mecanismo de equidad intergeneracional para el sostenimiento de las pensiones, que supone una cotización adicional de un 0,6% en las cotizaciones a la Seguridad Social de todas las nóminas, distribuyendo el coste de esta cotización en un 0,5% para la empresa y un 0,1% para el trabajador. Por lo que la subida en la mayoría de casos es mínima y en muchos otros inexistente: lo comido por lo servido. Ella gana, tú pierdes: sus impuestos se comen su subida.

Gracias a la genial embustera Marisu los funcionarios se quedaron contentos y se evitaron las protestas, a coste cero. ¡Toma ya! Igual deberían haber escuchado al CSIF...