Hablar de MásMóvil es hablar de una operación financiera cuyo único objetivo era, y es, dar un pelotazo de grandes dimensiones. Y eso es lo que sucederá cuando Bruselas dé el visto bueno a la joint venture entre la teleco y Orange, aunque lo cierto es que los fondos propietarios de la compañía, Providence, Cinven y KKR, ya han cobrado su parte del pastel tras solicitar un crédito de 6.500 millones, precisamente para cobrar un dividendo extra de 4.000.
Naturalmente, todo esto a costa de endeudar a la empresa, detalle sin importancia porque estamos hablando de una operación financiera especulativa. Meinrad Spenger, sin embargo, lo niega: “En este momento estamos completamente centrados en España. Tenemos un proyecto industrial que prevé inversiones relevantes aquí y vemos oportunidades de crecimiento aquí, por lo tanto, nuestro foco ahora es España”, afirmó, sobre la expansión de la compañía, en una entrevista publicada este lunes en El País.
Efectivamente, Spenger se ha superado a sí mismo. Afirmar, a estas alturas de la película, que MásMóvil es un proyecto industrial es algo de mucha risa. Que la operación ha sido un éxito no lo dudamos, pero un éxito especulativo, sobre todo para Providence, que entró en MásMóvil en 2016 y se marchará, previsiblemente, cuando la compañía salga a bolsa, a partir de 2026. Diez años con un modelo de crecimiento basado en ofertas low cost y en adquisiciones de otros operadores que dispararon la deuda. Un modelo industrialmente insostenible, pero que sirvió para crecer rápidamente hasta el momento de dar el pelotazo.
Por cierto, de un tiempo a esta parte, el CEO de MásMóvil insiste y se queja de la agresividad del mercado español, lo que no deja de sorprender porque eso fue justamente lo que hizo MásMóvil durante años. Meinrad, no obstante, asegura que su discurso no ha cambiado, lo que ha cambiado es el mercado. Está claro, ¿no?