Lo advirtió Ana Botín esta semana que está terminando, durante el Congreso del IEF: “Mi mayor competidor va a ser Apple”. Efectivamente, tienen mucho más peligro para las entidades Apple, Google o Amazon, que las Fintech, cuya fuerza de tiro es limitada.

Por eso, sorprendió -también esta semana- el acuerdo entre Caixabank y Google, precisamente “para impulsar la digitalización de los pagos y las compras a través del móvil”. Según la nota difundida por el banco, se trata de ofrecer la mejor experiencia de usuario en todas las plataformas de pago. Pues mucho cuidado, no vaya a ser que el que hoy es amigo mañana dé el salto y comience a conceder créditos como ya hace en EEUU. A las palabras de Botín me remito.

Por cierto, Google firmó un acuerdo similar con BBVA en EEUU, en 2020. No tiene nada que ver, naturalmente, pero un año después el banco vendió su filial en aquel país.

Mientras tanto, el pago con tarjeta sigue creciendo a buen ritmo. Así, Visa anunció esta semana un beneficio de 17.273 millones de dólares en su último ejercicio fiscal, un 15% más que un año antes, tras ingresar un 11% más, hasta los 32.653 millones de dólares.

En la misma línea, Mastercard dijo el jueves que había ganado 8.404 millones de dólares, un 13,5% más, hasta septiembre, tras ingresar 18.550 millones, un 13% más.

¿Quién ganará al final, la tarjeta o Google? Lo mejor es que no gane ninguno de los dos. Lo mejor es que gane, como lo está haciendo hasta ahora, el pago en metálico, el único que mantiene la privacidad. ¿El euro digital? Esa será otra batalla, seguramente más dura y difícil.