Meliá sigue haciendo los deberes y está cosechando un ejercicio 2023 de récord, impulsado por el auge del turismo. La hotelera que dirige Gabriel Escarrer ingresó 1.478,3 millones de euros hasta septiembre, un 16,1% más y disparó el beneficio un 71,6%, hasta 108,7 millones. Ya gana más que en 2019, el año anterior a la pandemia, que supuso el cierre total del negocio durante meses.
El punto más débil de la cuenta de resultados, publicada en la tarde del jueves, sigue siendo la deuda, que cerró septiembre (deuda neta) en 2.706 millones de euros, 33 millones más que en el mismo periodo de 2022. En esta línea, el resultado financiero neto empeoró en 7,4 millones, “principalmente debido al incremento de Gastos de Financiación Bancaria, motivado por la subida de tipos de interés”, afirma la compañía en el comunicado remitido a la CNMV.
Esa es la dificultad principal: lograr reducir la deuda y al mismo tiempo aumentar el negocio, en un contexto, como afirma Meliá, de tipos de interés elevados y de una ralentización de la economía a nivel global. Por eso, la hotelera, la primera de España por número de habitaciones, insiste en que está trabajando “en la venta de activos que espera cerrar en los próximos meses con el objetivo de reducir deuda”.
Los inversores, por su parte, siguen expectantes y no terminan de confiar en la compañía, que actualmente vale 1.182,4 millones de euros en bolsa, frente a los 1.805,4 millones de 2019 y los 1.260,7 millones de 2020.