Italia aprovecha la crisis diplomática que aún existe entre España y Argelia, y que se originó con la cobardía que Pedro Sánchez demostró ante Marruecos al cambiar su postura sobre el Sáhara Occidental hace meses. Asimismo, el país que dirige Giorgia Meloni quiere más gas natural, mientras su homólogo español sigue rendido ante el reino alauí y apuesta por la ruina del hidrógeno verde.
Recientemente, Meloni ha viajado a Argelia y allí ha acordado con el presidente de dicho país, Abdelmajid Tebboune, la construcción de un nuevo gasoducto entre Italia y Argelia. Recuerden que el antecesor de Meloni, Mario Draghi, fue responsable hasta el final: viajó también al país africano y acordó el envío de 4.000 millones de metros cúbicos adicionales de gas. Italia no es el único país que ha aprovechado la crisis entre España y Argelia, también lo han hecho: Alemania, reforzando su cooperación; la Francia de Emmanuel Macron con una “asociación renovada”; o EEUU convirtiéndose en el primer proveedor de España haciendo negocio con el caro gas natural licuado. Y todo esto, mientras Rusia se ha mantenido como el cuarto proveedor de nuestro país, pero enviando más gas... y eso que Sánchez no iba a contribuir a que Putin financiara la guerra en Ucrania. Además, Sánchez se ha quedado con las ganas de viajar a Argelia,... porque no ha sido invitado.
El eurodiputado y exministro socialista Juan Fernando López Aguilar ha defendido la postura del PSOE y también al reino alauí, señalando que “Marruecos es un socio estratégico” y que “si hay que tragar sapos, se tragan”
En paralelo, el presidente de nuestro país sigue rendido ante Marruecos y la XII Reunión de Alto Nivel entre ambos países se celebrará los próximos 1 y 2 de febrero. Todo ello en un contexto de tensión creciente entre el Parlamento Europeo y el reino alauí, tras la implicación de este último en la trama corrupta del socialismo en la UE: la Eurocámara ha anulado misiones con Marruecos y Catar, mientras el Parlamento marroquí ha decidido revisar sus relaciones con la primera y la ha acusado de “superioridad colonial”. El eurodiputado y exministro socialista Juan Fernando López Aguilar ha defendido la postura del PSOE (que votó en contra de investigar los sobornos de Rabat para ocultar las violaciones de derechos humanos) y también al reino alauí, señalando que “Marruecos es un socio estratégico” y que “si hay que tragar sapos, se tragan”.
Al mismo tiempo, Sánchez más que por el gas apuesta por el hidrógeno verde, un negocio que a día de hoy es una ruina porque no es rentable y sobre cuyas inversiones ya ha advertido Cani Fernández, presidenta de la CNMC. Encima, la apuesta de Sánchez es vía subvenciones, claro está, gracias al dinero de los españoles... y también de los europeos.