Parece una broma. El BCE ha subido el precio del dinero, la materia prima de los bancos, y estos, que llevaban una década suspirando por ello, en lugar de disparar su valoración, se hunden en bolsa porque un desconocido Silicon Valley Bank, en EEUU, entra en crisis porque, según el informe de la FED publicado el viernes, no ha sabido gestionar bien los riesgos.
¿Se imaginan que todas las zapaterías españolas entraran en pánico porque una des papequeña tienda en EEUU tuviera que cerrar? Sería incomprensible.
Lo mismo tras la caída del suizo Credit Suisse. Oiga, que el hecho de que un banco, ajeno a Eurolandia, tenga dificultades por su modelo de negocio y/o porque no ha sabido hacer bien su trabajo, no quiere decir que todo el sector del planeta esté en crisis.
Pues bien, el viernes 28 volvimos a comprobar que el mercado es idiota… y que la banca se ha contagiado de esa idiotez. No se salvó ninguna entidad: Unicaja (-9,9%), Sabadell (-7,1%), Caixabank (-5,5%), Bankinter (-3,9%), BBVA (-3,4%) y Santander (-2,9%) cayeron con fuerza frente a un Ibex que descendió sólo un 0,7% y cerró en los 9.241 puntos.
Ese mismo día, a miles de kilómetros, las autoridades norteamericanas estudiaban la manera de rescatar a otro banco pequeño, totalmente desconocido en Europa hasta hace unas semanas, el First Republic Bank, tras sufrir un derrumbe en bolsa y una dramática fuga de clientes. Y sí, ni el SVB ni el First Republic tienen nada que ver con el modelo de negocio de la banca española.
Pero da lo mismo. Es la crisis de los fundamentales porque el mercado no los tiene en cuenta. ¿Cómo es posible que la banca española, que ha sobrevivido con nota una década de tipos negativos, sea cuestionada ahora, con los tipos al 3,5%... y subiendo?
La situación recuerda a la vivida en los años 90, en una mesa de negociación de una firma de inversión, un empleado gritó alarmado: “¡Se ha caído el bono de la Baja Baviera!”. Tras un breve silencio, otro empleado contestó: “Y qué”. Y todo volvió a la normalidad.
Y por si todavía quedaba alguna duda, los resultados del primer trimestre han sido buenos o muy buenos, con un negocio típico al alza. Es más, algún banquero del Ibex reconocía estos días, con la boca pequeña, que eran “demasiado buenos”.
Lo dicho: suben los tipos de interés, los bancos relanzan su negocio típico, vuelven a la senda de la rentabilidad… pero se derrumban en bolsa porque un ‘banquito’ en EEUU, completamente ajeno a la banca española, tiene problemas para salir adelante. De idiotas.