El mito de la economía verde que impulsa Teresa Ribera sigue creciendo y ojo, porque a lo mejor puede pasar, como con las pompas de jabón, que un día se pinche. Una muestra de esto se puede ver en Ecoembes, pues no recicla tanto como dice, según ha denunciado Greenpeace.
En su página web, Ecoembes presume de ser “la organización sin ánimo de lucro que cuida del medio ambiente a través del reciclaje y el ecodiseño de los envases en España. Hacemos posible que los envases de plástico, latas y bricks (contenedor amarillo) y los envases de cartón y papel (contenedor azul) puedan tener una segunda vida”. Y va más allá: “Nuestra misión es proporcionar a la sociedad una respuesta colectiva de los agentes económicos ante los temas medioambientales relacionados con el consumo de productos envasados domésticos, logrando el cumplimiento de los objetivos marcados por la Ley, con la mayor eficiencia en el uso de los recursos de la compañía. Asimismo, creamos valor social y ambiental en nuestra sociedad, promoviendo la educación ambiental, la innovación, la eficiencia y la generación de empleo y tejido industrial”.
En 2019, se reciclaron en 1,506 millones de toneladas de envases en España, un nuevo récord y un 8% más que el año anterior, y se elevó el acumulado de los últimos 20 años a 581.800 toneladas. Sin embargo, sólo se recicla el 36% de los residuos
En 2019, se reciclaron 1,506 millones de toneladas de envases en España, un nuevo récord y un 8% más que el año anterior, y se elevó el acumulado de los últimos 20 años a 581.800 toneladas. Sin embargo, aquí sólo se recicla el 36% de sus residuos, por debajo del promedio de la Unión Europea (40%), y no es oro todo lo que reluce en la empresa que monopoliza el reciclaje de envases en nuestro país.
Greenpeace, que se define como “una organización ecologista internacional, independiente política y económicamente, para la defensa del medio ambiente y de la paz”, ha expuesto algunas mentiras de Ecoembes, que han sido recogidas por la web Contrainformación.es. Entre ellas, el hecho de que recicla el 75% de los envases de plástico, pues en realidad sólo recicla el 25,4%. También que los bricks son completamente reciclables porque la verdad es que un tetrabrik está fabricado por cartón (75%), plástico polietileno (20%) y aluminio (5%), pero sólo el primer material puede ser reutilizado, mientras el resto acaba en un vertedero de residuos industriales situado en Zaragoza.
Ecoembes presume de reciclar el 75% de los envases de plástico, pero en realidad sólo recicla el 25,4% y más del 40% es rechazado en las plantas de separación, según Greenpeace
Ecoembes afirma que todos los envases que se depositan en el cubo amarillo se reciclan, pero Greenpeace estima que más del 40% es rechazado en las plantas de separación, lo que demostraría que el sistema no es eficiente, y por tanto, se debería complementar la recogida de envases con un sistema de devolución y retorno de envases, por ejemplo. Y ojo, porque la cosa no acaba en España: Ecoembes afirma que no exporta residuos plásticos a otros países, pero la organización ecologista ha denunciado que se han enviado en contenedores a Indonesia y Malasia, y que incluso estos países han devuelto varios por exportación irregular.
Paralelamente, el pasado 2 de junio, el Consejo de Ministros aprobó el anteproyecto de Ley de Residuos y Suelos Contaminados, que inició su tramitación y ha estado en información pública entre el 3 de junio y el 3 de julio, y que tiene como objetivos impulsar una economía circular, mejorar la gestión de residuos en España y luchar contra la contaminación. Entre otros aspectos, recoge por primera vez limitaciones a los plásticos de un solo uso, y algunos puntos que favorecen a Ecoembes, según Ok Diario.
Silvina Bacigalupo es cuñada de Ribera, asesora a Ecoembes y es presidenta de Transparencia Internacional España, organización que tiene entre sus financiadores a George Soros (o sea, al NOM)
Y por si esto fuera poco, este mismo medio apunta que entre los asesores de esta empresa está Silvina Bacigalupo, hermana de Mariano Bacigalupo (bien colocado en la CNMC, en la Sala de Supervisión Regulatoria, aunque su nombre llegó a sonar como candidato para presidir dicho regulador, cargo que al final obtuvo Cani Fernández), es decir, del esposo de la vicepresidenta cuarta y ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera. Conviene recordar lo que diría el poeta, dramaturgo, filósofo e historiador alemán Friedrich Schiller: las casualidades no existen. Y como dice el refrán español, eran pocos y parió la abuela, porque Silvina Bacigalupo es presidenta de Transparencia Internacional España, organización no gubernamental que se dedica a combatir la corrupción… y que, paradójicamente, tiene entre sus financiadores a la Open Society Foundations, la red fundada por George Soros. O sea, al hombre del Nuevo Orden Mundial (NOM).
Y al mismo tiempo, conviene recordar que Ribera está empeñada en ser cuanto más verde mejor, aunque eso no siempre signifique hacerlo de la mejor manera posible. Como saben, ha acordado el cierre de todas las centrales nucleares entre 2027 y 2035, a pesar de que es la que más producción eléctrica aporta y de que es renovable: no emite CO2, por lo que contribuye a la lucha contra el cambio climático. Una energía que tiene un papel importante en la descarbonización y en un futuro sin CO2, como han recordado esta semana miembros del Partido Verde finlandés y otros expertos internacionales en la reunión virtual organizada por la Sociedad Nuclear Española (SNE), donde los profesionales españoles de dicho sector han reclamado el papel protagonista de la energía nuclear en la pandemia y en la transición energética.