Moeve (hasta hace unas semanas Cepsa) ha dado a conocer los resultados hasta septiembre, los primeros tras el cambio de nombre. Una transformación para la que ha hecho un gran despliegue publicitario en los medios, presumiendo de iniciar su despedida de los combustibles fósiles -reflejados como dinosaurios-, pero deberían tener en cuenta lo que cuesta que los nuevos nombres sean asimilados por la sociedad: lo sabe bien Catalana Occidente (ahora Occident), Naturgy (antes Gas Natural Fenosa) o Nauterra (antes Grupo Calvo, pero que ha decidido conservar la marca Calvo en sus productos para no despistar a los clientes). Un cambio de nombre que también supone dinero para cambiar logos de sedes, estaciones de servicio, productos… y se baraja una cifra de 130 millones, según fuentes del sector.
Hasta septiembre, Moeve ha logrado beneficio, pese al menor margen de refino y el impuestazo energético (el cual parece que se va a tumbar, aunque aún no se ha aprobado el resto del paquete fiscal acordado por PSOE y Sumar -hacer permanente el impuesto a la banca, así como subida del impuesto al diésel, al tabaco, a los cigarrillos electrónicos y al IRPF para las rentas altas, entre otros-). Entre enero y septiembre, la petrolera -que está controlada en un 61,5% por el fondo soberano de Abu Dabi (Mubadala) y en un 38,5% por el fondo de inversión estadounidense The Carlyle Group- ha logrado un resultado neto IFRS (es decir, según las Normas Internacionales de Información Financiera) de 109 millones de euros, frente a las pérdidas de 116 millones obtenidas hace un año por culpa del impacto de cambios en las valoraciones de inventarios y del famoso impuestazo. Sin embargo, esos 109 millones de beneficio neto se han quedado por debajo de los ganados en el primer semestre (168 millones), debido sobre todo al impacto de los menores márgenes de refino en el tercer trimestre.
Logra un resultado neto IFRS de 109 millones, frente a las pérdidas de 116 millones de hace un año, pero la cifra es menor a la obtenida en el primer semestre (168 millones)
En concreto, entre julio y septiembre, Moeve ha tenido unas pérdidas netas IFRS de 59 millones, frente a los 278 millones que ganó hace un año y los 175 obtenidos en el segundo trimestre. Eso sí, la compañía prefiere que se observe el resultado neto en bases Clean CCS (excluyendo el efecto de los extraordinarios), que en el tercer trimestre se ha situado en 79 millones, siendo un 26% menor al del mismo periodo de 2023 (107 millones) por los menores márgenes de refino e inferior a los 172 millones obtenidos entre abril y junio.
Moeve ha destacado que ha contribuido con 3.259 millones en impuestos en España en los nueve primeros meses, de los que 1.794 millones han sido asumidos por la compañía y 1.466 millones fueron recaudados por cuenta de la hacienda pública española. En esas cifras se incluye el pago de 243 millones por el impuestazo, que entre los años y 2023 y 2024 le ha supuesto un total de 566 millones. Eso sí, el CEO, el neerlandés Maarten Wetselaar, ha lanzado un recado, en línea con los de otros directivos de energéticas: “Seguiremos trabajando con las autoridades para garantizar unos marcos regulatorios y fiscales que favorezcan las inversiones necesarias para la transformación urgente de nuestro sistema energético”. Recuerden que Francisco Reynés, presidente ejecutivo de Naturgy (y ahora también presidente de turno del Club Español de la Energía -Enerclub-), también ha pedido “políticas que incentiven la inversión” y un marco estable incluyendo estabilidad regulatoria y estabilidad fiscal. Y no hay que olvidar que cuando el Gobierno aún quería convertir el impuestazo en permanente, Repsol amenazó con trasladar inversiones fuera de España (incluso anunció una de 15 millones en Portugal) y Moeve (siendo aún Cepsa) habló de congelar inversiones en nuestro país. Ahora que el impuestazo energético se acerca a su fin, salvo sorpresa política de última hora, tampoco son baladí las palabras del sector energético relacionadas con las inversiones y los marcos regulatorios... y las últimas las ha pronunciado Wetselaar.
El ebitda aumentado un 27%, a 1.481 millones. Por negocios, Energy aporta 1.144 millones (+73%); Exploración y Producción, 241 millones (-45%, por la venta de los activos en Abu Dabi, Colombia y Perú); y Química, 214 millones (+22%)
Por su parte, el resultado bruto de explotación (ebitda) en bases Clean CCS ha aumentado un 27% hasta septiembre, pasando de 1.165 millones a 1.481 millones. Por negocios, Energy (Energy Parks, Commercial & Clean Energies, Mobility & New Commerce y Trading) ha aportado 1.144 millones (+73%); Exploración y Producción, 241 millones (-45%, por la venta de los activos en Abu Dabi, Colombia y Perú en tan sólo 14 meses); y Química, 214 millones (+22%). Eso sí, en el tercer trimestre, el ebitda ha sido de 383 millones, un 10% menor al de hace un año (423 millones) y un 26% inferior al del segundo trimestre (515 millones), afectado en gran parte por el menor margen de refino. Además, ha vendido el negocio de butano, propano y autogás en España y Portugal,... y podrían no ser las últimas desinversiones, y al mismo tiempo, ha comprado las estaciones de servicio low cost Ballenoil.
El resultado neto de explotación (ebit) en los nueve primeros meses se ha disparado un 55%, a 967 millones. Y sólo entre julio y septiembre, la cifra ha ascendido a 269 millones, un 43% superior a la de hace un año, pero un 16% inferior a la obtenida entre abril y junio.
A pesar de que Wetselaar habla de seguir “trabajando con las autoridades para garantizar unos marcos regulatorios y fiscales que favorezcan las inversiones necesarias para la transformación urgente de nuestro sistema energético”, Moeve ha presumido de un flujo de caja de operaciones de 941 millones hasta septiembre, un 38% mayor al de hace un año pese al descenso en el tercer trimestre. Es más, ha considerado que esa cifra de 941 millones “muestra una continua y positiva generación de caja, lo que permite seguir desarrollando la estrategia Positive Motion y avanzar en el compromiso con la transición energética de la compañía”, como recoge el comunicado.
La deuda neta crece ligeramente un 1%, pasando de 2.488 millones a 2.519 millones. En esto influyen bastante las mayores inversiones acometidas: 887 millones, frente a los 439 millones de hace un año
Por su parte, la deuda neta ha crecido ligeramente un 1%, pasando de 2.488 millones a 2.519 millones. En esto han influido bastante las mayores inversiones acometidas, que se han situado en 887 millones, frente a los 439 millones de hace un año. De hecho, en el tercer trimestre, las inversiones han sido de 210 millones, menores a las del periodo abril-junio (363 millones), pero superiores a las del tercer trimestre de 2023 (163 millones). Entre dichas inversiones, las sostenibles se han disparado un 69%, a 293 millones hasta septiembre, de las que 116 millones han correspondido al tercer trimestre y se han visto impulsadas por la construcción de la planta de biocombustibles de segunda generación en Palos de la Frontera (Huelva).