El adjetivo preferido por la vicepresidenta de energía Teresa Ribera es “perpleja”. La buena mujer se queda perpleja, de continuo, ante las cosas que oye… Sobre todo si proceden de la derecha. Si provienen de sus socios de Podemos, que dicen tonterías mucho mas gordas, se conforma con decir que están creando “falsas expectativas”, aunque el viernes 13, doña Teresa perdió los papeles y acusó a los podemitas de hacer demagogia al afirmar que el precio de la luz no puede bajar de un día para otro.
La perpleja Ribera incluso ha traído a colación a sus majestades los Reyes Magos. Y esto es lo bueno, que se lo podía haber callado y habría quedado como una señora.
Lo de quedarse “perpleja” no deja de ser una pedantería de una ministra convencida de que lo sabe todo sobre todo pero que está fracasando una y otra vez. Es cierto que la tarifa de la luz no se puede bajar de la noche a la mañana, pero también es cierto que el precio del gas se veía venir desde Filomena y los derechos de emisión de CO2, también.
Ribera está “perpleja”. Encima, Félix Bolaños, que quiere ser Iván Redondo, vuelve a hablar de empresa eléctrica estatal
Pues bien, que doña Teresa se nos ha vuelto a quedar perpleja ante el vaciamiento acelerado de los pantanos de Ricobayo (Zamora) y Valdecañas (Cáceres), ambos gestionados por Iberdrola, que, en sospechosa coincidencia con el alza histórica del precio de la luz, se han vaciado a pasos agigantados. Recuerden, la primera energía que entra es la hidráulica que, además, es la de menos costes, pero el precio marginal lo marca la última. En definitiva, que si Iberdrola está forzando su hidráulica con estos precios, se puede estar haciendo de oro.
El Gobierno asegura que lo va a investigar pero eso es lo de menos. Lo de más es que a Ignacio S. Galán esta investigación se suma a los jirones de reputación que se ha dejado con el caso Villarejo.
Estamos hablando de la primera eléctrica de España y la segunda de Europa. Pero es igual, Ribera está superada y es capaz de desviar la atención por cualquier medio y de cualquier forma. Y en cualquier caso, señora vicepresidente: las inspecciones y las broncas a las eléctricas no se dicen, se hacen.
La imagen de una España bolivariana, la del Sanchismo, gana puntos
Además, el alza de la tarifa regulada perjudica a los vulnerables, o sea, a los presuntos, hoy todo es presunto, amigos de la izquierda. Vamos, Teresa, que te estás luciendo, hija.
Y como éramos pocos la abuela se dedica a coquetear. El ministro de Presidencia, Félix Bolaños, está empeñado en ser Iván Redondo. Por eso se ha engolfado con el Valle de los Caídos, en una campaña de embustes sobre Cuelgamuros que ya no cuela ni entre los más dogmáticos y vuelve a meter la pata, mismamente hasta las corvas.
Y así, justo mientas Ribera insistía en que no se puede estatizar las empresas de energía, Félix Bolaños, para contentar a Podemos, como hacía Iván, dice que no, que la opción está sobre la mesa. En este momento, Ribera está contando hasta 1.000 antes de responderle o para decirle aquello de no eres más tonto porque no entrenas, Félix.
Por lo demás, la histeria monclovita por la luz está propiciando un agosto muy divertido.