El cambio climático es una chorrada ideológica progre pero la sequía es una cosa muy seria. No es España, sino que es todo el mundo el que necesita agua. Como siempre, los pobres (en este caso, Etiopía, Somalia o Kenia) son los que primero sufren de sed.
Pues bien, si necesitamos agua, en lugar de automutilarnos para conseguir enderezar un cambio climático que no podemos cambiar, saquemos el agua del mar, que ocupa tres cuartas partes del planeta tierra. Y para desalar agua de mar en grandes proporciones lo que se necesita es mucha energía. La combinación ideal son grandes desaladoras que necesitan como materia prima, además del interminable agua de mar, mucha energía, intensiva, para desalar.
No ates tus manos, ni tu cerebro, ni tu corazón: utilízalos
Es decir, la combinación ideal contra la sequía es una gran desaladora y, pegado a ella, un reactor nuclear, un binomio capaz de crear ríos artificiales de agua dulce con el que regenerar la tierra española.
Ahora bien, un gobierno ecologista, personajes como Pedro Sánchez o Teresa Ribera, no pueden ni concebir un plan de desalación de grandes proporciones. Prefieren fastidiar a los ciudadanos, como si el ahorro de energía fuera la solución al problema. No hay que ahorrar energía, hay que producir más energía. Es lo que debe hacer un ser racional.
Porque el problema es ese: el hombre no puede cambiar el cambio climático, son magnitudes que, como todo lo que es muy grande o muy pequeño, le superan por todas partes. Pero sí puede obrar en positivo, con optimismo cristiano: Dios le ha dado el talento para solucionar problemas con el espíritu, entusiasta de quien busca el bien común, por ejemplo para desalar agua, no para decretar la automutilación general. Puedes ahorrar toda la energía que quieras, que con eso no vas a solucionar el cambio climático. Creando agua y plantando árboles, sí. No ates tus manos, ni tu cerebro, ni tu corazón: utilízalos.