El presidente de Grupo Mutua Madrileña, Ignacio Garralda, puede presumir de seguir creciendo con su naturaleza jurídica mutua, algo que se puso en solfa con la caída de las cajas de ahorros (y así nos ha ido). Curioso, también que un hombre llegado de la banca privada y de inversión, se haya enamorado de lo que, en principio, parece más opuesto a ella.

Y no le va nada mal con su nuevo amor. Miren los resultados: crecen con fuerza, y eso a pesar de que su espíritu sigue siendo el no subir los precios en el ramo del automóvil, la clave de su negocio,

El éxito de la gestión de Garralda consiste en atesorar liquidez y luego hacer inversiones conjuntas. Entró en tromba en seguros sanitarios con Caixabank y ahora en seguros generales y en gestión de activos (donde ya estaba muy fuerte) de la mano de El Corte Inglés. Le han venido caras esas entradas pero si le salen bien aprovechará su capacidad.

Las asignaturas pendientes, las de siempre: negocio internacional y seguros de vida.