Este miércoles, Naturgy ha acaparado gran protagonismo al presentar sus resultados del primer semestre y el nuevo plan estratégico 2021-2025, pero no se ha llevado el aplauso del mercado: su cotización ha caído un 1,20%, siendo la tercera mayor dentro del Ibex 35, tras las de Banco Santander y BBVA. Y ojo, porque así, ha descendido ligeramente frente al actual precio de la oferta lanzada por el fondo australiano IFM (22,37 euros), al que el presidente y CEO de la energética, Francisco Reynés, ha lanzado un recado al insistir en que es una oferta “parcial no solicitada”… al tiempo que subrayaba que el nuevo plan estratégico “va de invertir para crecer”.
Es decir, aunque sea de una forma velada y con unos cuantos eufemismos, todo esto refleja que no gusta una operación que lleva al troceo de Naturgy y que aún debe autorizar el Gobierno. El pasado martes, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, refirió que la decisión se tomará “en tiempo y forma” y que el plazo de seis meses que tiene el Gobierno para pronunciarse cuenta aún con “unas semanas para que venza”. Pero ojo, porque presumió de que “esta OPA (en alusión a la de IFM por entre el 17% y el 22,689% de Naturgy) y otras operaciones refuerzan la confianza de los inversores internacionales respecto a la hoja de ruta de nuestro Gobierno”.
El primer accionista de Naturgy, CriteriaCaixa, ha rechazado dicha oferta y continúa aumentando su participación, con la meta fijada en llegar al 29,9%: no le gustan los que vienen para comprar y vender y no creen en la empresa
Tampoco hay que olvidar que el primer accionista de Naturgy, CriteriaCaixa, ha rechazado dicha oferta y continúa aumentando su participación, con la meta fijada en llegar al 29,9%, tras recordarle al Gobierno que Naturgy es una empresa estratégica no troceable. Fuentes de dicho holding industrial señalaron a Hispanidad hace casi dos meses que hay gestores que sólo pretenden ganar dinero en semanas y que no se puede admitir que se trocee una compañía con futuro, además subrayaron que no le gustan los que vienen para comprar y vender y no creen en la empresa. Eso sí, conviene añadir que en lo relativo a creer en la empresa, IFM lo ha camuflado bastante bien, usando la comunicación como arma financiera de la mano de Estudio de Comunicación, y ‘vendiendo’, entre otras cosas, que mantendría la sede y el Consejo de Naturgy.
Un órgano que, por cierto, ha aprobado “por unanimidad” el nuevo plan estratégico de la energética, como han destacado tanto su secretario general, Manuel García Cobaleda, como el propio Reynés en la rueda de prensa telemática y telefónica. Es más, Reynés ha destacado que dicho plan lo apoyan “los cinco independientes y los seis dominicales, que representan a los tres accionistas mayoritarios (Criteria, CVC -a través de Rioja, junto a Corporación Financiera Alba- y GIP)” y ha añadido que ese plan “no tiene por qué ser influenciado por participaciones que no son de control”. Asimismo, se ha defendido el lanzamiento del nuevo plan estratégico en plena OPA porque Naturgy “no puede estar paralizada” : “no podemos estar pendientes de resoluciones externas a nosotros” en una oferta “parcial no solicitada” en la que Naturgy es un “objeto pasivo” y no se pueden “obviar las obligaciones como gestores”.
La energética pretende hacer unas ambiciosas inversiones de 14.000 millones de euros hasta 2025, apostando por un crecimiento mayoritariamente orgánico en geografías estables y triplicar su capacidad renovable a 14 GW
Vayamos al nuevo plan estratégico. La energética pretende hacer unas ambiciosas inversiones de 14.000 millones de euros hasta 2025: 8.700 millones en renovables, 4.100 millones en redes, 700 millones en comercialización y 500 millones en gestión de la energía. Así, pretende alcanzar un Ebitda de 4.800 millones y un beneficio neto de 1.600 millones en 2025. Claro que al mismo tiempo, en su política de dividendos fija un nivel base de 1,2 euros por acción y reduce el pay out al 85%, aunque lo revisará en el año 2023.
Los pilares de dicho plan pasan por “un crecimiento mayoritariamente orgánico” y “en línea con los objetivos para ser un actor relevante en la transición energética”, ha explicado Reynés. A esto se suma el foco en generación renovable y en redes de distribución “en geografías estables y con marcos regulatorios estables”, así como el “compromiso con hacer las cosas bien” y “el compromiso con los criterios de ESG” (medio ambientales, sociales y de gobierno corporativo). La energética quiere triplicar su capacidad renovable instalada, pasando de los 4,6 gigavatios (GW) de 2020 a 14 GW en 2025, destacando los importantes crecimientos que quiere tener en Europa, Australia, EEUU y Chile, y especialmente en solar fotovoltaica, al tiempo que mantendrá su capacidad en eólica terrestre y en hidráulica.
Reynés ha señalado que no harán desinversiones a menos que surjan oportunidades y que las reorganizaciones societarias son para adaptarse mejor a la disciplina financiera, pero ha descartado hacer segregaciones de negocios, como están haciendo otras compañías del sector. Respecto a la entrada de socios, el presidente y CEO de Naturgy ha subrayado que ya tienen muchos socios minoritarios pero siempre manteniendo el rol industrial y el control.