El sector asegurador está de fiesta. “Es la primera vez en mucho tiempo que el seguro español registra una tasa evolutiva de dos dígitos”, afirmó este miércoles la presidenta de Unespa, Mirenchu del Valle, durante una jornada organizada por la consultora Investigación Cooperativa de Entidades Aseguradoras (ICEA) y la patronal. El dato: las aseguradoras facturaron 76.463 millones de euros en 2023, un 17,9% más que el año anterior. Es el mayor crecimiento desde el lejano 2002.
Concretamente, los ingresos del ramo no vida aumentaron un 6,8% hasta alcanzar los 43.011 millones de euros, y los de vida crecieron un 36,3%, hasta los 33.452 millones.
Dentro de no vida, todas las modalidades crecieron más que en 2022, salvo Salud. Pero tranquilos, no significa que esté en retroceso, ni mucho menos, sino que en 2022 creció mucho. De hecho, está en auge desde el año 2000 y por eso, registrar un crecimiento del 6,6% en 2023 fue muy significativo.
La sorpresa, si se puede hablar así, fue Autos, que no cedió su liderazgo dentro de no vida frente a Salud. Y según la patronal, no lo cederá tampoco en 2024 ni en 2025, a pesar de las dificultades que está atravesando, incluida la inflación y el aumento de costes.
Autos facturó 12.108 millones, un 6,6% más que en 2022, Salud, 11.238 millones (+6,6%), Multirriesgos, 9.158 millones (+6,7%) y el resto de no vida, 10.507 millones (+7,3%).
El negocio de vida también fue excepcionalmente positivo, como hemos señalado antes, impulsado por el impacto de las subidas de tipos de interés en el ahorro y también por las nuevas entradas. Los productos ‘unit-linked’ fueron clave durante el ejercicio. El volumen del ahorro gestionado aumentó un 5,4% de manera que las provisiones técnicas se situaron en 204.056 millones de euros.
Durante su intervención, del Valle defendió los planes de pensiones individuales como complemento al sistema público. Unos planes individuales muy castigados por el Gobierno, que en su lugar ha impulsado los sistemas de empleo. “Hasta que los asalariados y los autónomos cuenten con un sistema de empleo al que contribuir, sigue siendo necesario impulsar el ahorro individual”, defendió del Valle. “Para ello podría establecerse un régimen transitorio que permita a estos trabajadores realizar aportaciones superiores a sus sistemas de previsión social individual hasta que no cuenten con un sistema de empleo, y que estas aportaciones superiores puedan luego movilizarse a dicho sistema de empleo”, propuso. Mucho nos tememos que el Gobierno hará oídos sordos, como ha hecho durante todos estos años.