The Walt Disney Company puede estar feliz, tras la marcha de Nelson Peltz, el accionista activista, y millonario, que más se ha quejado de la deriva progre de la compañía durante los últimos años. Es cierto que la cotización aplaude ligeramente (+0,77%), reduciendo un poco la depreciación que acumula en el último mes al 8,5%, tras las últimas pérdidas trimestrales.

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Peltz es un millonario estadounidense de 81 años, nacido en una familia judía, consuegro del futbolista David Beckham y la cantante Victoria Beckham desde que Brooklyn Beckham se casó con Nicola Peltz, una de los diez hijos que ha tenido, fruto de sus tres matrimonios. Asimismo, cabe referir que Pelz es amigo de Donald Trump, a quien ha donado importantes cifras de dinero, pasó tiempo con él en Florida -donde tiene una mansión- y cree que sus ideas son buenas para EEUU. Además es amigo del magnate de medios Rupert Murdoch.

A través del fondo Trian, Peltz era accionista de Disney con Isaac (“Ike”) Perlmutter como socio y decidió emprender una batalla contra la factoría de Mickey Mouse desde finales de 2022, cuando se recuperó a Bob Iger como CEO y se cesó a Bob Chapek. Casi dos meses después se cambió también la presidencia (Mark Parker relevó a Susan E. Arnold). Peltz se convirtió en un inversor activista y crítico, conocido por haber dado batalla en otras compañías en el pasado (Procter & Gamble, Heinz, DuPont…) y se quejó de que la acción de Disney estaba en mínimos, el “fracaso de los planes de sucesión, los exagerados sueldos y de una falta de disciplina a la hora de controlar los costes”, así como el sobreprecio que, en su opinión, se pagó por los activos de 21st Century Fox. Sus primeras críticas recibieron respuesta en forma de revancha por parte de Disney, aunque la ‘disfrazó’ en el marco de los 7.000 despidos anunciados para reducir sus costes en unos 5.000 millones de euros: entre esas primeras salidas no sólo había 50 por el cierre de la división de metaverso, sino también la Perlmutter... por su alianza con Peltz.

Peltz habría vendido sus acciones por 1.000 millones de dólares (unos 922 millones de euros al tipo de cambio actual)

A lo largo de la batalla con la factoría de Mickey Mouse, el consuegro de los Beckham no ha logrado hacerse con ninguna silla en la junta directiva ni el año pasado ni este. De hecho, en la última junta de accionistas celebrada el 3 de abril, aspiraba a una silla para él y otra para Jay Rasulo, ex director financiero de Disney, pero no obtuvo ninguna, mientras que Iger fue reelegido con un apoyo del 75%. A las quejas ya citadas se suman que a Pelz no le gusta que Disney se haya vuelto demasiado woke: en una entrevista con Financial Times refirió que “la gente va a ver una película o un espectáculo para entretenerse. No van a recibir un mensaje” y criticó que se hicieran películas con repartos dominados por mujeres o afroamericanos, en alusión a las películas The Marvels o Black Panther: “¿Por qué tengo que tener una cinta de Marvel compuesta exclusivamente por mujeres? No es que tenga nada en contra de las mujeres, pero ¿por qué tengo que ver eso? ¿Por qué necesito un elenco exclusivamente negro?”.

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Recuerden que en los últimos tiempos los contenidos de la factoría de Mickey Mouse han dejado de ser inocentes (teniendo en cuenta que una gran parte se dirige a los niños) por la deriva progre y woke (lo que ha valido críticas de Elon Musk) hacia el adoctrinamiento de menores (“corrupción de menores”, según el líder de Vox, Santiago Abascal) en los postulados del Nuevo Orden Mundial (NOM), que se resumen en: ideología de género (feminismo, homosexualismo, trans y no binarios) y ateísmo (panteísmo, ocultación de Dios, negación de lo espiritual, protagonismo del demonio y normalización del satanismo). 

Ahora Peltz se ha dado por vencido y ha vendido sus acciones de Disney, según informa la cadena televisiva CNBC (que pertenece al imperio mediático de Rupert Murdoch). ¿Casualidad? Por supuesto que no y menos si uno recuerda al poeta, dramaturgo, filósofo e historiador alemán Friedrich Schiller, quien defendía que las casualidades no existen. En concreto, habría vendido sus acciones por 1.000 millones de dólares (unos 922 millones de euros al tipo de cambio actual) -dentro de los 3.500 millones de dólares (unos 3.230 millones de euros) a los que asciende la participación de Trian y de los que la mayor parte son de Perlmutter-. Además, fuentes del mercado conocedoras de la operación han apuntado que Peltz habría vendido cuando la cotización de Disney estaba en 120 dólares (unos 110,7 euros), frente a los 101,59 dólares (93,8 millones) en los que cotiza actualmente. 

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