Norwegian, aún tiene algunas turbulencias, pero parece que alejada de la situación de quiebra en la que la pandemia del Covid-19 colocó a muchas aerolíneas y más cerca de la recuperación. Este jueves, cae en bolsa un 7%, tras ganar un 86% menos en el primer semestre por el fin de la reestructuración (396 millones de euros) y el encarecimiento del combustible, a pesar de que ha ingresado 11 veces más que hace un año.

La aerolínea low cost noruega ha tenido un beneficio neto de 22 millones de euros entre enero y junio, un 86% menos que en el mismo periodo de 2021. En esta cifra han influido el fin de la reestructuración, el caro combustible y también las pérdidas del primer trimestre (-101 millones). Es cierto que su resultado bruto de explotación (Ebitdar) sigue en negativo, situándose en 70,9 millones, pero ha mejorado un 59% respecto al de hace un año; mientras el resultado operativo (Ebit) ya se ha situado en terreno positivo, en concreto, en 53 millones.

“Estoy particularmente complacido de que ofrezcamos una regularidad operativa líder en el mercado, en un entorno con limitaciones de capacidad en los aeropuertos europeos y una huelga de técnicos de mantenimiento en Noruega”, destaca su CEO, Geir Karlsen

La cifra de negocio de Norwegian ha ascendido a 702 millones, siendo 11 veces superior a la de hace un año. Esto se debe, principalmente, al aumento de pasajeros, que ha pasado de 590.000 a 7,18 millones. Por su parte, la deuda financiera neta se ha elevado un 26%, a 283 millones, por la ampliación de la flota (se ha anunciado la compra de 50 aviones Boeing, que se entregarán entre 2025 y 2028) y la depreciación de la corona noruega frente al dólar.

La aerolínea low cost noruega ha presumido de haber logrado un beneficio de 129,54 millones en el segundo trimestre, aunque ha sido un 55% menor al de hace un año por el restablecimiento de los pagos anticipados de pedidos de aviones (218 millones) y el encarecimiento del combustible. “Estoy particularmente complacido de que ofrezcamos una regularidad operativa líder en el mercado, en un entorno con limitaciones de capacidad en los aeropuertos europeos y una huelga de técnicos de mantenimiento en Noruega”, ha destacado su CEO, Geir Karlsen. Y entre abril y junio, transportaron 4,96 millones de pasajeros, frente a los 380.000 de hace un año y los 2,2 millones registrados entre enero y marzo, y la ocupación media mejoró, situándose en el 81,2% y llegando al 85% sólo en el mes de junio, aunque la puntualidad se vio afectada por las limitaciones de capacidad en los aeropuertos europeos bajando al 78,8%, lejos del 95,4% de hace un año.

El acuerdo de comprar 50 aviones Boeing “prepara el escenario para que seamos dueños de una gran parte de nuestra flota, lo que nos permite consolidar nuestra fortaleza en los países nórdicos” y muchos clientes reservan ya sus vacaciones de otoño

“El acuerdo de aviones con Boeing es clave para el próximo capítulo de Norwegian. Nos permitirá servir a nuestros clientes con aviones modernos de bajo consumo de combustible, lo que reducirá significativamente nuestra huella de carbono. Además, prepara el escenario para que seamos dueños de una gran parte de nuestra flota, lo que nos permite consolidar nuestra fortaleza en los países nórdicos”, ha explicado Karlsen. Y “de cara al futuro, Norwegian está bien posicionada para consolidar su posición como aerolínea nórdica líder”, ha añadido, destacando que las tendencias de reserva actuales son prometedoras, ya que muchos clientes reservan ya sus vacaciones de otoño, y para el invierno utilizará la flexibilidad de la flota para optimizar la producción ante las fluctuaciones de la demanda.

Y por cierto, este jueves, la cotización de Norwegian cae un 7%. Sin embargo, ha reducido la depreciación en el último año: si a mediados de mayo era del 63%, ahora es del 5,28%. Y eso que desde el pasado enero, la acción ha caído un 11,5%.