Este lunes tiene lugar una importante efeméride en el panorama energético español: la central nuclear de Cofrentes cumple 40 años... y lo hace a pleno rendimiento y en perfectas condiciones (recuerden que en EEUU ya se están dando licencias de operación para extender la vida útil de las centrales a 60 años e incluso a 80 años). Sin embargo, su propietario (Iberdrola, eléctrica que preside Ignacio S. Galán); la vicepresidenta ecológica, Teresa Ribera; y la presidenta de Redeia, Beatriz Corredor, quieren cerrarla... en contra de lo que piensa toda Europa y repetir el error de Alemania.

Todo esto refleja que España es un país de locos y con demasiada fiebre verde y ecologista, a pesar de que la nuclear genera electricidad sin emitir CO2. Actualmente hay siete reactores operativos en nuestro país, pero el Gobierno Sánchez (sobre todo por el fuerte empeño de Ribera) se empeña en cerrarlos de forma progresiva entre 2027 y 2035, como se recoge en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC).

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Hace unos días, Galán defendió la electrificación de España, Europa y el mundo mundial a través de las energías hidráulica, eólica y solar, sin tener en cuenta a la nuclear. Esto no es baladí, porque en el balance provisional de su producción eléctrica que ha remitido a la CNMV (ver documento adjunto) se puede ver que la nuclear que tiene en España ha generado 6.470 gigavatios-hora (GWh) en el tercer trimestre, un 2,1% más que hace un año. Y ojo, porque esta cifra supone 2,8 veces lo que ha producido Iberdrola con cinco renovables (eólica terrestre, eólica marina, hidroeléctrica, minihidroeléctrica y solar) y que ha ascendido a 18.119 GWh, pero la nuclear es mucho más estable y no depende de factores meteorológicos. Galán debería tenerlo en cuenta.

Corredor, como Galán, también es una buena discípula de Ribera y le gusta mucho hablar de renovables pero nada de nuclear. En el caso de la presidenta de la compañía transportista de electricidad y gestora del sistema eléctrico español, dicha actitud es bastante reprochable... y más si se tienen en cuenta los últimos datos. En el mes de septiembre, la nuclear fue la primera fuente de energía de nuestro país, aportando el 22,9% del total, por delante de la eólica (21,1%) y de la solar (19,5%), entre otras energías.

La central de Cofrentes es clave para la Comunidad Valenciana (actualmente regida por el pepero Carlos Mazón), pues aporta el 45% de su electricidad; algo que también se puede ver con los casos de las centrales de Ascó I y II y Vandellós II en Cataluña (59% de su luz) y la de Almaraz en Extremadura (54,7% de la luz sin emisiones). A nivel español, la contribución de Cofrentes supone más del 3% de la luz, lo que equivale al consumo de más de dos millones de hogares. Desde que empezó a funcionar ha producido 313.120 GWh, lo que actualmente equivale al consumo anual de más de 90 millones de hogares. Dicha central es propiedad al 100% de Iberdrola, pero no escapa a la espada de Damocles del cierre nuclear impulsado por el Gobierno Sánchez, y que en su caso está previsto para noviembre del año 2030. Eso sí, se encuentra en la mejor condición en la matriz del Sistema Integrado de Supervisión de Centrales, de acuerdo con los datos del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), por lo que podría seguir operando muchos más años; y genera unos 2.000 empleos (entre directos e indirectos... y sin contar los 1.300 adicionales que se suman en las recargas de combustible que se realizan cada dos años).

Recuerden que Ribera aún es la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico de nuestro país, aunque ya es candidata oficial a vicepresidenta ejecutiva para una Transición Limpia, Justa y Competitiva de la nueva Comisión Europea que seguirá liderando Ursula von der Leyen. Eso sí, en un complejo organigrama donde queda claro que quien mandará será la alemana, Ribera tendrá las manos algo atadas para hacer y deshacer en cuestiones industriales, energéticas y climáticas, donde la batuta dependerá más de: el francés Stéphane Séjourné, candidato a vicepresidente ejecutivo de Prosperidad y Estrategia Industrial; el danés Dan Jørgensen, candidato a comisario de Energía y Vivienda; y el neerlandés Wopke Hoekstra, candidato a comisario de Clima, Cero Emisiones Netas y Crecimiento Limpio.