En Nueva Pescanova podría haber algunas marejadas, pues Abanca está buscando un socio mayoritario y convertirse en minoritario, según Expansión. ¿Los motivos? El miedo a la elevada deuda... y también la presión del BCE, al que no le gusta que los bancos tengan participaciones industriales.
El banco que preside Juan Carlos Escotet controla el 97,76% de la multinacional pesquera, sobre todo, debido a que en febrero del año pasado capitalizó casi toda la deuda concursal de la ‘vieja Pescanova’: 540 millones de los 542,2 millones que se capitalizaron, de un total de deuda de 643 millones. Abanca era uno de los siete grandes bancos acreedores de la antigua Pescanova y en los últimos años ha ido elevando su posición en el capital, comprando las participaciones de otras entidades acreedoras (Sabadell y Caixabank, entre otras) y capitalizando deuda, principalmente.
Es cierto que Nueva Pescanova ha mejorado en sus resultados en los últimos años, pero aún pesa la deuda, que es elevada: unos 450 millones. En su último ejercicio fiscal (abril de 2021 a marzo de 2022) dejó atrás las pérdidas, logrando un resultado neto positivo de 7 millones de euros; duplicó el resultado bruto de explotación (Ebitda) hasta 80 millones; y elevó su facturación un 21,4%, a 1.087 millones, sobre todo por el repunte de las ventas de langostino, pese a los mayores costes. Y en parte se debe a la buena gestión del CEO, Ignacio González Hernández, que antes trabajó en Carrefour y en Grupo Campofrío, y actualmente también preside la Asociación de Fabricantes y Distribuidores (Aecoc). De hecho, ha cobrado cierto protagonismo al cargar contra el Gobierno por “enriquecerse” a costa de los ciudadanos en 33.000 millones como consecuencia de la subida de precios y ha pedido varias cosas para fomentar el consumo: bajar el IVA de los productos alimentarios como carne o pescado del 10% al 4%, deflactar el IRPF, retrasar la entrada en vigor de nuevos impuestos y mejorar la seguridad jurídica. Claro que en la evolución de los resultados también ha tenido que ver la apuesta por la acuicultura, pues la multinacional está especializada en pesca, cultivo, elaboración y venta de productos del mar, y está presente en toda la cadena de valor, dando empleo a casi 12.000 personas en más de 80 países.
Abanca, como primer accionista de Nueva Pescanova, ha invertido bastante dinero en proyectos y en renovación de flota, lo que reflejaba su apuesta firme. De hecho, su objetivo a medio y largo plazo era mantener una participación destacada en la pesquera, al tiempo que buscaba un socio industrial. Sin embargo, la elevada deuda ha hecho que se precipiten los planes, porque si el BCE decide suspender la dispensa que le permite no incluirla en el perímetro del banco, podría sufrir una revisión a la baja de su rating. Y ojo, porque Abanca depende demasiado de provisiones del pasado y también afronta un descenso de su solvencia, según sus últimos resultados. Una deuda de la pesquera que Abanca no está dispuesto a que se incremente más y que junto a las diferencias del tipo de cambio y la alta inflación en Argentina han motivado el rechazo de la compra de la pesquera argentina Veraz, según Faro de Vigo, la cual es propiedad de la familia Contessi y está especializada en la captura de merluza y langostino.