Desde hace meses, se va constatando el freno del coche eléctrico, sobre todo en Europa y EEUU, por la feroz competencia china, la débil demanda, las ineficaces ayudas (o incluso su falta y cancelación) y los elevados costes que supone. Los grupos automovilísticos se van posicionando, al tiempo que retrasan planes e inversiones: decíamos que General Motors apuesta fuerte por los híbridos, como Ford, y Mercedes-Benz por todas las alternativas, entre otros ejemplos. Ahora Ford concreta un poco más su menor velocidad en electrificación al cancelar un SUV eléctrico, reducir la inversión y cancelar una planta, después de haber obtenido un menor beneficio semestral y pérdidas en la división de vehículos eléctricos (Ford Model e).
El fabricante automovilístico estadounidense ha decidido cancelar su plan de fabricar un SUV eléctrico de gran tamaño (en concreto, con tres filas de asientos), debido a que “no había manera de que alguna vez cumpliera con nuestro requisito de que sea rentable producirlo”, ha explicado su CEO, Jim Farley. Asimismo, el difícil contexto de mercado, con la fuerte competencia china y la ralentización de la demanda, no ha sido un aliciente. Una cancelación que no le saldrá gratis a Ford, sino que le supondrá unos costes extras de 1.900 millones de dólares (1.706 millones de euros) en depreciaciones y otros ajustes.
Ford rebajará la inversión en electrificación, que pasará de representar el 40% de la inversión anual al 30%
La planta canadiense que iba a fabricar el citado SUV eléctrico, se encargará de producir pick-ups de combustión, que sí son muchísimo más rentables. Asimismo, retrasará la futura llegada de una pick-up eléctrica, lo que afectará a la puesta en marcha de la fábrica que la iba a producir; y rebajará la inversión en electrificación, que pasará de representar el 40% de la inversión anual al 30%.
Todo esto no supondrá quedarse parado, sino que Ford apostará más por los híbridos en el segmento de clientes particulares y por los 100% eléctricos en vehículos comerciales. También reforzará su estrategia de baterías eléctricas y aumentará la producción de las mismas en EEUU, a pesar de que ahora algunas las fabricaba en Polonia, porque “estamos comprometidos con la innovación y la creación de empleos en América”, según Farley,… y porque se pueden beneficiar de ayudas de la Ley de Reducción de la Inflación (más conocida como IRA, por sus siglas en inglés).
Los ajustes de Ford en sus planes de electrificación no llegan en un momento cualquiera, sino casi un mes después de que se conocieran sus resultados semestrales. Es cierto que logró incrementar los ingresos con mayores ventas, pero el beneficio operativo (-23%) y el beneficio neto semestral descendió un 14%. Asimismo, la división de vehículos eléctricos (Ford Model e) registró pérdidas (de unos 2.246 millones de euros) y hundió sus ingresos un 37%, pese a mayores ventas en EEUU (44.180 unidades, un 71,8% más). Ojo, la previsión es que dicha división arroje unos números rojos de unos 4.938 millones de euros al cierre del año... Además, la ralentización en los eléctricos por parte de Ford también afecta a España, donde en su planta de Almusafes (Valencia) lanzó un nuevo ERE, que supondrá 626 despidos con elevadas indemnizaciones y prejubilaciones, y un ERTE para 996 empleados.