Nuevo palo de Josu Jon Imaz a Pedro Sánchez, pero que cobra algo más de relevancia por el escenario en que se ha dado: el Foro de Davos. El CEO de Repsol ha señalado que en EEUU sí se conoce la regulación para la próxima década con estas palabras: “están definiendo un horizonte predecible de diez años muy claro”. Esto supone otra petición de mayor seguridad jurídica, algo que esta misma semana ha reclamado la CEO de Engie, Catherine MacGregor, sumándose a otros que la han exigido en los últimos meses, como Ignacio S. Galán, presidente ejecutivo de Iberdrola, y Antonio Brufau, presidente no ejecutivo de Repsol. Y además, ya han empezado a verse las consecuencias, con un aumento de las inversiones de las energéticas en EEUU y en otros países.
Imaz también ha destacado que en este país norteamericano “tienen neutralidad tecnológica, no tienen sesgos, producen gas, están apostando por la tecnología CCUS (es decir, captura, uso y almacenamiento de carbono, por sus siglas en inglés)”. Es más, considera que este modelo sería el que Europa debería seguir para hacer una “transición energética más inteligente que acelere la descarbonización”. Por tanto, el CEO de Repsol ha insistido en la apuesta por la neutralidad tecnológica que ya ha reclamado en otras ocasiones y que se traduce en usar todas las tecnologías (incluso ha defendido prolongar la vida de las nucleares), algo que en Almaraz y Ascó gusta y también a otros muchos expertos del tema, pero no a la vicepresidenta ecológica, Teresa Ribera. Además, Imaz ha vuelto a criticar la transición ecológica “ideológica” al referir que en EEUU “no tienen sesgos”.
Imaz ha referido que se deben utilizar “todas las tecnologías que podrían ayudar a descarbonizar el mundo, dejando que todos los sectores y combustibles y todas las actividades se descarbonicen, sin prejuicios, sin ideología y sin restricciones”. Y es que la transición energética conlleva un “trilema”: “tiene que garantizar la seguridad del suministro, la accesibilidad y precios competitivos, y descarbonización”, pero en su opinión, en Europa “nos olvidamos de los dos primeros puntos”. Además, el viejo continente está exportando “industrias, empleos y emisiones a otras partes del mundo” y ojo, ha subrayado que: “deshacernos del petróleo y el gas está bien, pero vamos a necesitar petróleo y gas en el futuro”.