El presidente del Instituto de Estudios Económicos (IEE), Íñigo Fernández de Mesa, y su director general, Gregorio Izquierdo, han presentado el informe semestral de Coyuntura Económica del Instituto de Estudios Económicos (IEE) titulado ‘Hay que crear un clima favorable a la empresa y a la inversión para garantizar el progreso de la economía española’. Y una vez más han dado un varapalo al Gobierno Sánchez, y en especial a la política económica y fiscal lideradas por Nadia Calviño (ahora en línea de salida para marcharse a presidir el BEI) y María Jesús Montero.
En el informe, el servicio de estudios de la patronal empresarial CEOE destaca que la economía española ha cerrado 2023 con un crecimiento del 2,3%. “No obstante, la tendencia a lo largo del año ha sido de ralentización, en línea con el estancamiento del empleo, el empeoramiento de los PMI (los índices PMI miden el nivel de actividad del sector privado) o la ralentización de las exportaciones, incluidas las correspondientes al turismo”.
“Si bien, la economía española ha mostrado un desempeño más favorable que sus socios comunitarios, esta es atribuible a factores como una recuperación más tardía desde los niveles precrisis, una composición sectorial con mayor peso en servicios y un menor impacto de la política monetaria”, precisa el organismo.
El IEE estima que la economía española en 2024 puede crecer un 1,5%, aunque el ejercicio irá de más a menos. Respecto a la inflación, espera que a lo largo de 2024 converja hacia tasas más alineadas con los objetivos de los bancos centrales y retome una senda de moderación paulatina y se situé por debajo del 3% a finales de 2024, al igual que el IPC subyacente.
Por otra parte, el IEE estima un desequilibrio fiscal público superior al -3,8% en 2024, mientras que el Plan Presupuestario 2023-2024 mantiene un déficit objetivo del -3% para 2024. “Esta discrepancia señala la vulnerabilidad económica de España, especialmente ante condiciones financieras más restrictivas y un aumento en la carga de la deuda”, denuncia el IEE. Y recuerden que este organismo no es el único que discrepa en los objetivos, también los ha puesto en duda la AIReF.
En España, las empresas contribuyen con un 32,2% a la recaudación, superando el promedio de la UE (25%). Esto crea una desventaja para atraer inversiones, por lo que se propone una política fiscal que reduzca la presión
Y afirma: "En España, las empresas contribuyen con un 32,2% a la recaudación, superando el promedio de la UE (25%). Esto crea una desventaja para atraer inversiones, por lo que se propone una política fiscal que reduzca la presión, garantice estabilidad presupuestaria y seguridad jurídica".
“La ralentización del comercio internacional, la subida de los tipos de interés, el deterioro de las expectativas y el aumento de la incertidumbre han supuesto un lastre para la actividad durante el segundo semestre de 2023”, añade el organismo.
En este contexto de desaceleración, explica el IEE, “las empresas perciben un descenso de su facturación. Además, se observan indicios de pausa en el proceso desinflacionista en el tercer trimestre, tanto en los costes de producción como en los precios de venta, viéndose afectada la actividad empresarial por el repunte de los costes energéticos y por la creciente incidencia de los problemas de disponibilidad de mano de obra”.
“En 2023, el mercado laboral español mostró un crecimiento inicial, impulsado por la recuperación en el sector del turismo y de la construcción. Sin embargo, en la segunda mitad del año, la creación de empleo se está desacelerando”, añade. Parece que la situación no es para que Yolanda Díaz presuma cómo lo hace, pues España sigue siendo el país con más paro de la OCDE.
Según las estimaciones del Instituto de Estudios Económicos, los afiliados a la Seguridad Social desestacionalizados efectivos (excluyendo los trabajadores en ERTE) mostrarán un crecimiento leve, en torno al 0,1% en tasa intertrimestral en el cuarto trimestre de este año, una décima menos que en el tercer trimestre, y claramente por debajo del 1,4% registrado en el segundo trimestre.
El IEE destaca también la “notable” subida de las cotizaciones sociales obligatorias en los últimos años: “España sigue siendo uno de los países europeos con mayores cotizaciones sociales pagadas por las empresas en porcentaje del PIB (un 9,9% del PIB en 2021 frente al 7,3% de promedio en la UE). Todo ello perjudica a la competitividad de las empresas frente a nuestros competidores”, pero no al Gobierno, que se frota las manos con la subida de las cotizaciones sociales.
Por último, “España debe acometer reformas estructurales que mejoren nuestra productividad de los factores y nuestra competitividad internacional en términos de transición energética, digitalización, demografía e innovación. Resulta conveniente señalar que estos proyectos podrían estar financiados con los fondos Next Generation EU, pero se debe velar por su buena asignación y por la eficiencia del gasto público. El mero anuncio de este tipo de reformas estructurales operaría cambios positivos en el corto plazo sobre la inversión empresarial al mejorar las expectativas empresariales”, concluye el IEE.