Es cierto que la OCDE, en su informe anual de perspectivas sobre el empleo, publicado este martes, admite que la tasa de desempleo en España “ha alcanzado su nivel más bajo en décadas, situándose en el 12,7%. Sin embargo -continúa el texto-, a pesar de estos desarrollos positivos, España todavía se enfrenta a la tasa de desempleo más alta entre los países de la zona del euro, manteniéndose muy por encima de la tasa media de la OCDE”. El presente ejercicio terminará con una tasa del 12,6%.

No sólo eso, el informe pone en entredicho el efecto positivo de la reforma laboral de Yolanda Díaz, concretamente el cambio de los indefinidos a los fijos discontinuos. “El uso de contratos indefinidos para los trabajadores de temporada, una disposición que ha sido promovida por la reforma, puede mejorar la seguridad laboral, un hallazgo que debe confirmarse a través e la evaluación de impacto prevista para 2025 para corregir cualquier desviación y garantizar un mayor progreso”, concluye.

La OCDE estima que, tras crecer un 5,5% en 2022, la economía española se moderará al 2,2% en 2023 y al 1,9% en 2024 y alcanzará el nivel prepandemia durante la segunda mitad del presente año 2023. ¿Eso se puede considerar un éxito? Pues no, porque además somos el país que más tarde va a recuperar la actividad previa al Covid y lo haremos dos años y medio después.

Y sí, hace mucho calor, el propio del mes de julio.