“Orange ha tenido un muy bien inicio del año, marcado por el cierre del acuerdo con MásMóvil, para crear el operador líder en España en número de clientes”, afirmó este miércoles la consejera delegada del grupo francés, Christel Heydemann. La teleco aprovechó la presentación de los resultados del primer trimestre para poner fecha a la toma de control de Masorange: “Se abre el camino de control después de un bloqueo de 24 meses”, señaló.
Dicho de otra manera, Orange no quiere demorar más de lo necesario hacerse con el control de Masorange, actualmente repartida al 50 por ciento entre la teleco gala y MásMóvil.
Sea como fuere, y hasta que llegue ese momento, el mayor reto de Masorange es reducir su elevada deuda de 12.500 millones de euros y su apalancamiento de 4,6 veces el Ebitda. Por mucho menos el mercado ha tenido castigada durante años a Telefónica. Según Heydemann, Masorange reducirá esa ratio hasta 3,5 veces Ebitda, sin adoptar medidas drásticas como la venta de activos o reduciendo la plantilla. Ya veremos.
Por si acaso, Orange recordó que todavía mantiene los 4.400 millones de euros del dividendo percibido por la fusión y que no tiene previsto repartir entre los accionistas. Podrían servir para, llegado el momento, reducir deuda, lo que resulta muy interesante porque esos 4.400 millones provienen de un crédito (de 6.500 millones) que solicitaron Orange y MásMóvil para cobrar un dividendo extra. Pido un préstamo para cobrar un dividendo que luego utilizaré para devolver la deuda contraída. ¿No es genial?
Respecto a los resultados, Orange España ingresó un 1,3% menos en el primer trimestre, el último antes de la fusión, hasta los 1.149 millones de euros. La clave fue la caída del 16,5% del negocio mayorista, cuya facturación se quedó en los 161 millones. La buena noticia fue el aumento del 1,9% del negocio minorista, que facturó 809 millones, así como la venta de dispositivos, que subió un 0,7%, hasta los 178 millones de euros.