El Instituto de Estudios Económicos (IEE) se ha sumado este lunes a la lista de organismos e instituciones que han revisado a la baja las previsiones de crecimiento de la economía española. Según el IEE, cerraremos 2021 con un crecimiento del 4,6% del PIB, ocho décimas menos que su anterior previsión, y muy por debajo del 6,5% que aún prevé la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos. Como siga así, Nadia Calviño hará bueno a Pedro Solbes, que mintió descaradamente acerca de la crisis de 2007.

Sea como fuere, el Gobierno de Pedro Sánchez se ha quedado solo y tanto el FMI, como la OCDE, Funcas, el Banco de España y demás organismos han reducido sus previsiones para 2021 y 2022.

El IEE ha advertido, además, de la “vulnerabilidad financiera” de la economía española, con un déficit superior al 8% del PIB y una deuda pública en el entorno del 121% del PIB. La recuperación será menor y más endeble.

Y a todos estos riesgos, el organismo que preside Íñigo Fernández de Mesa añade una inflación disparada y menos transitoria de lo que parecía en un principio. El mayor riesgo para nuestro país es que el BCE adelante la retirada de estímulos y provoque un encarecimiento de la deuda pública española.

Calviño piensa todo lo contrario. Ella es más optimista. O así.