MG (propiedad del grupo SAIC Motor), Omoda (perteneciente al grupo Chery) y BYD están entre las marcas y grupos automovilísticos chinos que más crecen en España, según los datos de los siete primeros meses difundidos por la Asociación Nacional de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac). Todo ello, a pesar del freno del coche eléctrico que se está viviendo en todo el mundo.
Conviene referir que no sólo compiten con los grupos automovilísticos de otros países, en especial con los que hasta ahora habían sido los grandes del sector a nivel mundial (el alemán Volkswagen y el japonés Toyota, entre otros), sino también con sus compatriotas lanzando una feroz guerra de precios. Esto no es baladí, porque el coche eléctrico implica mayores costes y es más difícil lograr que sea rentable, como así ha referido recientemente Ford, que ha cancelado la fabricación del modelo SUV eléctrico que tenía previsto porque “no es rentable producirlo”. Es sólo un ejemplo de los cambios y la menor velocidad en los planes de producción que muchos grupos automovilísticos están acometiendo, optando por mantener la apuesta por los motores de combustión (gasolina y diésel) y los híbridos. A la difícil rentabilidad se suma el hecho de que la demanda sigue siendo baja, las ayudas son pequeñas o ineficaces (y en algunos países, como Alemania, se han retirado), y encima, han entrado en juego los aranceles en EEUU, Europa y Canadá a los coches eléctricos chinos que se importan desde China.
Eso sí, desde el gigante asiático no se han quedado parados y especialmente ha empezado a responder a los aranceles europeos, los cuales ha denunciado ante la Organización Mundial del Comercio (OMC). Asimismo, ha puesto en su punto de mira algunos de los productos europeos que importa, como el cerdo (algo que afecta, especialmente, a España), el brandy... y ahora también los lácteos. Por el momento, ha descartado imponer aranceles adicionales a las importaciones de brandy, algo que han celebrado en bolsa los grupos franceses Pernod Ricard y Rémy Cointreau. Claro que en paralelo, China ya está estudiando cómo burlar los aranceles de la Unión Europea y por ejemplo, BYD lleva algo de ventaja porque patrocinó la última Eurocopa de fútbol, ya tiene una fábrica en Hungría y otra en Turquía, y podría sumar otra planta, aunque no, “al menos, a corto plazo”, como ha referido su vicepresidenta, Stella Li, en una entrevista en Cinco Días, y entre los que pujan para adjudicársela figuran España e Italia. “Queremos ser uno de los principales actores de la industria y eso implica fabricar aquí”, ha subrayado Li. Además, MG también está barajando construir una fábrica en suelo europeo, y entre sus opciones figuran España, República Checa y Hungría.
BYD ya cuenta con una planta en Hungría y otra en Turquía, y podría sumar otra en suelo europeo, aunque no a corto plazo; mientras MG ya baraja construir una planta en Europa que podría levantarse en España, República Checa y Hungría
Ante estos planes, también hay que echar un vistazo a algunas de sus cifras. BYD ha matriculado 1.473 turismos en nuestro país hasta julio, un 999% más que en el mismo periodo del año anterior, y mantiene planes de seguir trayendo nuevos modelos a precios bastante atractivos y de adelantar las ayudas del Plan Moves III (algo que también hacen otros grupos ante la lenta tramitación de las Administraciones). BYD se ha convertido en el mayor producto automovilístico chino, destacando en eléctricos e híbridos enchufables, y está siendo capaz de tutear al estadounidense Tesla, gracias a que no sólo fabrica vehículos, sino también el 80% de sus componentes (de hecho, es el segundo mayor fabricante chino de baterías, sólo por detrás de la tecnológica china CATL), y presume de ofrecer tecnología premium a precios asequibles, de hecho, Stella Li afirma que “BYD es el iPhone de la industria del automóvil, muy diferente al resto”.
El liderazgo de BYD en su país y sus grandes ambiciones para el resto del mundo ya se están reflejando en sus resultados económicos, aunque el ritmo de crecimiento en ingresos y beneficios ha aminorado un poco la velocidad ante la guerra de precios en China y el impacto de los aranceles en Occidente. En el segundo trimestre, BYD ha tenido unos ingresos de unos 22.422 millones de euros (+25%) y el beneficio neto ha ascendido a 1.173 millones (+33%) por las mayores exportaciones, está última cifra ha contribuido a que cerrara el primer semestre con ganancias de 1.714 millones (+24%), frente al mismo periodo de 2023 cuando el resultado se triplicó. Eso sí, el margen bruto ha ascendido al 23,9% (+3,3%). Además, ha cerrado los siete primeros meses con 270.000 unidades vendidas, de las que 1.473 han tenido lugar en España. Y para esquivar los aranceles de la UE, el plan es producir 200.000 coches al año en Hungría y 150.000 en Turquía.
Por su parte, MG también busca cómo esquivar esos aranceles, no sólo con una posible planta en suelo europeo, sino también derivando las exportaciones desde Tailandia, que tendría aranceles menores. En España, esta marca del grupo chino SAIC Motor está yendo muy bien, pues ha matriculado 18.208 turismos (+24%) hasta julio y tuvo buenos resultados en 2023. A la luz de las cuentas depositadas en el Registro Mercantil, BYD disparó sus ingresos a 554 millones (547 millones, un 317% más, en venta de vehículos nuevos; y 6,2 millones, un 290% más, en venta de recambios y accesorios); cuadruplicó ventas, a casi 30.000 unidades; y ganó 2,7 veces más, alcanzando los 7,86 millones de euros. En todo esto no sólo contribuye que MG se ha convertido en una marca reconocida y presume de buena relación calidad-precio-diseño, sino que apuesta por la tecnología eléctrica, híbrida y de combustión. Es decir, por todas las alternativas.
BYD y MG no son los únicos grupos y marcas chinos que están creciendo fuertemente en nuestro país. Omoda (perteneciente a Chery) ha disparado las matriculaciones de turismos un 7.921%, a 3.369 unidades, hasta julio. Eso sí, cabe recordar que Chery llegó a un acuerdo con la empresa catalana EV Motors para fabricar coches en la antigua planta de Nissan en la Zona Franca de Barcelona que serán de las marcas Omoda y Ebro. Por fin, algo de alegría entre las marcas automovilísticas asiáticas, que suelen apostar por vender -y mucho- en España, pero no por producir aquí sus vehículos y crear con ello empleos industriales. También destaca la marca de coches chinos de bajo coste Evo (apoyada por el grupo italiano DR), cuyas ventas se han disparado un 892% hasta julio, a 238 unidades. Y no olviden que el grupo automovilístico sueco Volvo tiene como primer accionista al chino Geely y ha vendido 7.671 turismos en nuestro país hasta julio, un 41,6% más.