Otro síntoma de la crisis inmobiliaria, pero la cosa se va poniendo cada vez de peor color. La firma de hipotecas sobre viviendas encadena ya tres meses en negativo, tras hundirse un 18,3% en abril, según datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Se cumple así lo advertido por los notarios hace un par de semanas. Recuerden que refirieron que tanto la compraventa de viviendas como la firma de hipotecas bajaban en abril, en todas las comunidades autónomas.

Volviendo a los datos del INE, sólo se han registrado 27.053 préstamos hipotecarios en el cuarto mes, lo que supone un hundimiento del 18,3% respecto al mismo mes del año pasado y la cifra más baja desde diciembre de 2020. Así, el indicador encadena tres meses consecutivos de caídas, y la última ha sido la más pronunciada, tras el descenso del 2% y el desplome del 15,7% en marzo.

Y eso que el importe medio de las hipotecas constituidas sobre viviendas bajó un 4,1%, a 136.945 euros, pero claro, el capital prestado también cayó y lo hizo un 21,6%, hasta 3.704,7 millones de euros. En esto influye, y mucho, el alza de tipos de interés, que continúa y aún veremos alguna subida más, según las últimas noticias del BCE y de la Fed. El tipo de interés medio para los préstamos hipotecarios ha escalado al 3,43% en abril, siendo el más alto desde mayo de 2015. Y el tipo fijo siguió siendo el preferido por los hipotecados, pero su porcentaje continuó descendiendo, quedándose en el 61,3%, frente al 63,9% de marzo. Por su parte, el tipo variable se eligió en el 38,7% restante y muestra una tendencia ligeramente ascendente, dado que es el que prefieren los bancos ante el alza de los tipos de interés.

Y por cierto, cabe recordar que los datos de febrero, marzo y abril, tanto de firma de hipotecas como de compraventa de viviendas, encadenan tres meses caídas consecutivas: del 2% en febrero, 15,7% en marzo y 18,3% en abril en hipotecas; y del 6,6% en febrero 5,7% en marzo y 8,1% en abril compraventa. Y los dos últimos se han conocido una vez que ha entrado en vigor la nueva Ley comunista de Vivienda, la cual podría tener una vida corta si tras el 23-J hay cambio en La Moncloa.