Ouigo, el AVE low cost francés, supone otro descaro del país vecino en el tema ferroviario. Y es que en su primer aniversario compitiendo con el AVE de Renfe (tanto el normal como el low cost -llamado AVLO-) no sólo presume de logros, sino que se atreve a criticar los altos cánones ferroviarios que se pagan a Adif... pero sabía las condiciones cuando entró hace un año.
“La liberalización está en riesgo si no se bajan los cánones”, ha señalado Hélène Valenzuela, directora general de Ouigo España, en una entrevista en Expansión. Sin embargo, la principal responsable del AVE low cost (o como prefieren llamarse low-fare, es decir, de tarifa baja) del operador galo SNCF debería tener en cuenta que los negocios no se hacen pensando en las subvenciones o en las ventajas que puedan tener, sino más bien asumiendo inversiones y riesgos,... y esperando acertar en las decisiones para que haya beneficios.
A pesar de esta crítica, Valenzuela ha afirmado que “el objetivo de democratizar el tren con el que llegamos a España hace un año se ha hecho realidad. Hemos conseguido hacerlo accesible a todos los bolsillos y que la gente pueda optar por un transporte sostenible”. ¡Vaya descaro! Recuerden que la liberalización ferroviaria por orden europea, que por ahora sólo se ha puesto en marcha en alta velocidad, ha implicado competencia para Renfe, que se ha visto obligado a avanzar en su internacionalización y en su diversificación y que también tiene que soportar que le pongan trabas para competir con SNCF en Francia. Eso sí, por ahora, el operador público ferroviario español ha empezado el año con menores pérdidas.
Los trenes de Ouigo han transportado más de 2 millones de viajeros entre Madrid y Barcelona, que equivalen a 12.354 vuelos del Airbus A320 (el más usado en dicha ruta) o a 1 millón de desplazamientos en coche
“Hemos cumplido los objetivos de viajeros”, ha destacado Valenzuela. Los trenes de Ouigo han transportado más de 2 millones de viajeros entre Madrid y Barcelona, que equivalen a 12.354 vuelos del Airbus A320 (el más usado en dicha ruta) o a 1 millón de desplazamientos en coche. Asimismo, la compañía presume de que desde su llegada, se han reducido los precios en una media de más del 50%, lo que “ha abierto las puertas del tren a todo tipo de viajeros, incluidas familias, jóvenes o autónomos, perfiles hasta ahora inusuales en la alta velocidad, que se suman al cliente habitual principalmente de negocios”. Este año, Ouigo tendría que “estar operando ya trenes hacia Valencia y Alicante, pero no podemos porque la infraestructura no está lista. No es lo que firmamos en Adif”, ha criticado también Valenzuela, porque está afectando al negocio, que también nota los altos precios de la energía. Claro que seguramente cuando se produjo la firma nadie esperaba que el contexto actual fuera así: aún con efectos de la crisis Covid, elevados costes de materias primas y energéticos, y con una guerra en Ucrania a sólo unos 3.700 kilómetros de distancia.
Tras estas dos nuevas rutas a Levante, Ouigo quiere llegar a Andalucía. Y por cierto, también entrará un tercer competidor a final de año: Iryo, el AVE de la italo-española Ilsa (Intermodalidad de Levante S. A., la cual está participada en un 55% por los fundadores de la aerolínea valenciana Air Nostrum y en un 45% por el operador público ferroviario italiano Trenitalia). Este último planea llegar a Barcelona, Levante, sur de España y Galicia, y le interesa operar algunos servicios OSP -obligaciones de servicio público-, es decir, de regionales y/o cercanías cuando se empiecen a liberalizar.