En el ambiente sobrevuela un cierto pánico a Amazon, que representa un peligroso monopolio mundial del comercio electrónico. Políticos, empresas y sindicatos intentan poner contra las cuerdas al gigante estadounidense fundado por Jeff Bezos, que hoy es el hombre más rico del mundo, pero no es una tarea fácil.  

El movimiento político intenta evitar la sangría fiscal que ejerce Amazon, pues le gusta operar desde paraísos fiscales (entre ellos, en Luxemburgo) y pagar cuantos menos impuestos mejor. Aquí entra la idea del ex primer ministro británico David Cameron, quien proponía convertir el Impuesto de Sociedades en IVA para evitar que gigantes de Internet y plataformas ‘over the top’ (más conocidas como OTT) sigan pagando pocos impuestos en comparación con todo lo que ganan.

El movimiento político, presionado, intenta evitar la sangría fiscal de Amazon con el 'sistema Cameron': convertir el Impuesto de Sociedades en IVA

El Banco Santander capitanea en el plano fiscal un lobby empresarial para que los políticos se tomen este tema en serio y obliguen a estos gigantes al sistema de tanto vendes, tanto pagas. De hecho, a las entidades les preocupa lo que hacen Google, Amazon, Facebook y Apple, entre otras: las tres primeras pueden ofrecer productos financieros y la marca de la manzana mordida ha lanzado su propia tarjeta de crédito.

El ‘sistema Cameron’ tendría mucho más efecto que la ‘tasa Google’ impulsada por el Gobierno Sánchez, que ha quedado en stand by por las elecciones del 28-A. Eso sí, la ministra de Economía, Nadia Calviño, ha confirmado que seguirán adelante con esta media si el Ejecutivo socialista continúa en la próxima legislatura, convirtiendo a España en el primer país europeo que aplicaría dicha tasa, a pesar de que la Unión Europea ha rechazado, por ahora, poner en marcha una a nivel comunitario.

Las empresas se debaten entre rendirse a Amazon (electrodomésticos Miró) o hacer su propia venta electrónica y plantarle cara (Inditex y Mahou San Miguel)

Mientras, las empresas intentan que Amazon no les aplaste. Por eso debaten entre rendirse a Amazon o hacer su propia venta electrónica a pesar de que sea algo bastante caro de poner en marcha:

  1. Elecrodomésticos Miró opta por lo primero y ha colocado unos lockers (casilleros) de Amazon en sus tiendas para que la gente pueda recoger sus pedidos confiando en que así también podrían comprar alguno de sus productos. Demasiada inocencia, pues la mayoría recogerá sus pedidos y se irá.
  2. El líder del textil, Inditex, sí se ha atrevido a plantar cara a Amazon, prohibiéndole vender sus prendas y apostando fuerte por la venta online. De hecho, su estrategia es la de la omnicanalidad: ventas en tiendas físicas y también electrónicas, así como distintas posibilidades de combinarlas (comprar por Internet y recoger en tienda, por ejemplo).
  3. El grupo cervecero Mahou San Miguel, tras encadenar su quinto año consecutivo de crecimiento y batir récord de ventas, ha anunciado el lanzamiento de su propia tienda online, bajo el nombre de Solana, con el fin de llegar directamente al consumidor final. Aunque esto no será tarea fácil ni barata.

El problema del comercio electrónico -y por tanto, el punto débil de Amazon- siempre es la denominada última milla, es decir, la llegada del producto al cliente. En este tema intervienen las empresas de paquetería, así como Correos: es cierto que su propia división de paquetería, Correos Express, va bastante mal; y encima se tira piedras contra su propio tejado al haber firmado alianzas con Amazon y AliExpress -plataforma de compra online del grupo chino Alibaba-.

El problema del comercio electrónico -y por tanto, el punto débil de Amazon- siempre es la denominada última milla: la llegada del producto al cliente

Por su parte, los sindicatos luchan contra el mayor precarizador del empleo, que ha convertido a Bezos en el hombre más rico del mundo. De esto hay buena muestra en España, donde CCOO y CGT han denunciado el cambio de las condiciones laborales al aplicar a los empleados un convenio sectorial, en lugar del propio que tenían antes, recortándoles derechos: reducciones en conciliación y salarios, e incumplimientos de medidas de prevención, por ejemplo. Este tema no sólo ha provocado paros, sino que el conflicto llegue a los tribunales, aunque en la Justicia, como en palacio, las cosas van despacio… quizás demasiado: la vista del juicio se ha pospuesto al 3 de septiembre.

Todo este contexto no es baladí, pues en la tercera empresa más capitalizada del mundo “siempre es el primer día”, según Bezos, porque “el día 2 llega el estancamiento”. Y como refleja el documental 'En Amazon confiamos' (ver vídeo) emitido esta semana en ‘Documentos TV’, amparándose en el libre mercado y con Internet como aliado, Amazon ha impuesto sus reglas en la venta al por menor, el empleo, la logística y en toda la cadena de suministro, transformando las relaciones comerciales tradicionales.

Amazon ha impuestos sus reglas en la venta al por menor, el empleo, la logística y en toda la cadena de suministro, transformando las relaciones comerciales tradicionales

Tiene 300 millones de clientes en todo el mundo y “su objetivo en cierto sentido es convertirse en la única empresa del planeta”, señala el escritor Douglas Rushkoff, crítico de los monopolios comerciales. “En una ciudad, el dinero se mueve de forma circular. Todos somos productores y consumidores, pero cuando el dinero va a Amazon se absorbe y sale de la ciudad”, advierte.

El hecho de ser el depredador del pequeño comercio y de fagocitar el e-commerce que monopoliza permite a Amazon lograr millonarias ganancias. De hecho, en el primer trimestre ha duplicado su beneficio neto, hasta los 3.197 millones de euros, superando las expectativas de Wall Street; aunque las ventas sólo han subido un 17%, situándose en 53.624 millones, frente al incremento del 43% que tuvieron hace un año:

  • La venta online sigue siendo su principal fuente de ingresos, pero ha ralentizado su crecimiento tanto en Norteamérica (+17% frente a un +46%, ascendiendo a 32.066 millones) como en mercados extranjeros (+9% en lugar de un +34%, situándose en 14.498 millones).
  • El negocio publicitario también ha aminorado: ha crecido un 36%, pero hace un año lo hacía un 132%.
  • Amazon Web Services (AWS), la plataforma en la nube, va viento en popa: ya alcanza los 6.915 millones (+42%).
  • Los servicios por suscripción (Amazon Prime Video, entre ellos) crecen un 42%, pero aún sólo representan un 7% del negocio total.

Por su parte, para compensar el menor ritmo de crecimiento, el gigante del comercio electrónico ha puesto en marcha un plan de control del gasto. Además, ha reducido ligeramente su deuda, que no es precisamente pequeña: 20.883 millones. Claro que todo esto no le afecta en bolsa, donde en lo que va de año se ha revalorizado un 28%. 

Amazon duplica su beneficio en el primer trimestre, aunque se ralentiza el crecimiento de sus ventas: sólo crecen un 17% frente al 43% de hace un año

¿Amazon logrará su objetivo de ser la única empresa del planeta? Todo depende de si políticos, empresas, sindicatos y clientes le dejan.