En estos días se están conociendo los resultados del primer semestre de muchas empresas, y entre ellas, están las petroleras. Aunque cada una tiene un tamaño distinto, todas se han movido a la baja, pues el abaratamiento del crudo ha lastrado las cifras de ExxonMobil, Chevron, Shell, Equinor, Eni, Repsol y Cepsa. Además, muchas también han notado el menor precio del gas natural y de la energía eléctrica en sus ventas, y también han tenido que afrontar mayores costes por la inflación y el alza de los tipos de interés.
Actualmente, el barril de Brent (el de referencia en Europa) se mueve en ascenso por los recortes de producción que han decidido y extendido la OPEP y sus aliados (el grupo llamado OPEP+), con los que Arabia Saudí y Rusia tienen la sartén por el mango y vuelven a reflejar que Occidente -liderado por EEUU- ha perdido el control de la OPEP. El barril de Brent ya cotiza en torno a los 84 dólares, tras subidas consecutivas en el último mes, pero está lejos de los 107 dólares de hace un año… que contribuyeron a que muchas petroleras tuvieran resultados récord.
A pesar del descenso en beneficios e ingresos, la mayoría de las petroleras no han dejado de retribuir generosamente a sus accionistas
En el primer semestre de este año, la estadounidense ExxonMobil ha visto reducido su beneficio neto un 17,2%, hasta 17.565 millones de euros, sobre todo por el fuerte desplome en el segundo trimestre (-55,8%) por el descenso de las ventas de gas natural y de los márgenes de refino; y la cifra de negocio bajó un 17,8%, a 154.169 millones, a pesar de que la producción aumentó un 20% en las regiones de Guyana y Cuenca Pérmica. Su presidente y CEO, Darren Woods, ha señalado que trabajan para reducir los costes en 9.000 millones a final de año respecto a los que tenían en 2019, el año preCovid.
Su compatriota Chevron ha tenido un beneficio neto de 11.428,7 millones de euros entre enero y junio, un 29,6% menor al de hace un año, y sus ingresos han descendido un 19%, a 90.518 millones. Unas cifras que en gran parte se debieron al tropiezo en el segundo trimestre, cuando el beneficio se hundió un 48%, a 5.458 millones, por la reducción de los márgenes en las ventas de productos refinados y la facturación cayó un 29%, pese a la mayor producción de petróleo. Eso sí, no por ello dejará de retribuir generosamente a sus accionistas vía dividendo.
La petrolera anglo-neerlandesa Shell vio desplomarse su ganancia neta más de la mitad (-52,9%) en el primer semestre, hasta los 10.699 millones de euros por los menores precios del petróleo y el gas, y además debió afrontar cargos extraordinarios por deterioros y reversiones por 1.897 millones; mientras los ingresos descendieron un 12,3%, a 145.942 millones. En estos números influyó de forma notable que el beneficio neto se diera un batacazo (-82,6%) y los ingresos cayeran un 26,2%, a 68.680 millones, entre los meses de abril y junio por el abaratamiento del crudo y el gas, junto a los menores volúmenes y unos márgenes de refino más bajos. Al menos, como punto positivo, la deuda neta descendió a 36.418 millones. Claro que la bajada de resultados no la notarán los accionistas porque Shell ha anunciado el reparto de un dividendo trimestral un 15% superior y una nueva recompra de acciones propias… y no será la última que realizará este año. “Estamos cumpliendo con nuestro compromiso del Día de los Mercados de Capitales de un aumento de dividendos del 15%”, ha subrayado el CEO, Wael Sawan.
“Estamos cumpliendo con nuestro compromiso del Día de los Mercados de Capitales de un aumento de dividendos del 15%”, ha subrayado el CEO de Shell, Wael Sawan
La petrolera francesa TotalEnergies ha sido de las que menos ha sufrido en su beneficio neto semestral, pues sólo ha descendido un 9,3%, a 8.714 millones; y sus ingresos han disminuido un 17%, a 107.397 millones; a pesar de que su resultado bruto de explotación (ebitda) ajustado ha caído un 30%, a 22.934 millones. “En un entorno de petróleo y gas favorable pero que se debilita, TotalEnergies una vez más logró este trimestre resultados sólidos, un sólido flujo de efectivo y una atractiva distribución para los accionistas”, ha presumido el CEO, Patrick Pouyanne, a pesar de que el beneficio cayó un 28,2%, a 3.693 millones, y los ingresos un 24,7%, a 50.838 millones.
Por su parte, Equinor (la antigua Statoil) ha visto hundirse su beneficio neto un 41%, a 6.136 millones de euros, entre enero y junio, y los ingresos han descendido a 47.012 millones (-28%). En estas cifras, al igual que le ha sucedido a la mayoría de colegas de su sector, tuvo una gran influencia lo ocurrido en el segundo trimestre, cuando el beneficio neto de la petrolera estatal noruega se derrumbó un 673%, a 1.651,42 millones y los ingresos cayeron un 37%, a 20.650,8 millones. Eso sí, su presidente y CEO, Anders Opedal, destacó que este año la distribución de capital a los accionistas ascenderá a 15.353,2 millones.
En un entorno de petróleo y gas favorable pero que se debilita, TotalEnergies una vez más logró este trimestre resultados sólidos, un sólido flujo de efectivo y una atractiva distribución para los accionistas”, ha presumido el CEO, Patrick Pouyanne
La petrolera italiana Eni no se ha comportado mejor que sus colegas de sector, pues su beneficio neto se ha desplomado un 64%, hasta 7.398 millones de euros, en términos ajustados ha sido de 7.078 millones (-32%); y su resultado operativo ajustado ha bajado a 8.022 millones (-27%) por el abaratamiento del 30% en el crudo y también el descenso de precios del gas. Las caídas en las cifras de la petrolera que controla el Estado italiano no han lastrado las inversiones, que se dispararon un 40%, a 4.811 millones, y que fueron una de las razones del aumento de la deuda neta en un 7%, hasta los 8.215 millones. Además, “el flujo de caja ajustado fue significativo (4.200 millones), muy superior a las necesidades de financiación de inversiones, de 2.600 millones”, ha destacado el CEO, Claudio Descalzi, lo que permite “cubrir casi la totalidad del reparto de dividendos de 2023”. Recuerden que Descalzi (68 años) está desempeñando su cuarto mandato a las riendas de Eni, después de haber sido renovado el pasado mayo por parte del Gobierno que lidera Giorgia Meloni, algo que al final no logró Francesco Starace (68 años) en Enel.
Tras el viaje internacional ahora toca mirar a nuestro país. En el primer semestre, la petrolera española Repsol ha sufrido en beneficio (-44%) el abaratamiento del crudo y del gas, pero al igual que se ha visto en otras colegas de sector, sus accionistas no lo notarán por la elevada liquidez y la mínima deuda (797 millones, un 84% menor a la de hace un año). Además, seguirá haciendo inversiones para su revolución tranquila y sin “ninguna gran compra”, según ha señalado el CEO, Josu Jon Imaz. Y por cierto, hubo cierto aviso a las ministras Teresa Ribera y María Jesús Montero (Marisu) -ahora en funciones-, porque la compañía multienergética ha tenido una contribución fiscal de 7.343 millones (4.960 millones sólo en España) entre enero y junio.
Y hablando de tributos, la petrolera que lo está pasando bastante mal con el impuestazo a las energéticas que se le ocurrió al Gobierno Sánchez es Cepsa, y por este motivo y el abaratamiento del crudo, ha tenido unas pérdidas de 393 millones y su ebitda ha caído a la mitad (-57%). La petrolera, que es propiedad en un 61,5% del fondo soberano de Abu Dabi -Mubadala- y en un 38,5% del fondo de inversión estadounidense The Carlyle Group, ha referido que “contribuyó con 2.185 millones de euros en impuestos en España, de los cuales 1.265 millones fueron soportados por la compañía y 920 millones recaudados por cuenta de la Hacienda pública española”. Eso sí, su deuda neta descendió un 9% en el primer semestre, a 2.522 millones, incluso habiendo realizado mayores inversiones, pues estas crecieron un 27%, pasando de 218 millones a 276 millones.