Philips ha bajado en bolsa un 4,6% este lunes, tras presentar sus resultados de 2021, a pesar de que los había avanzado en gran parte hace casi dos semanas. Unas cifras que, en general, no han sido malas (ganó 3.323 millones de euros, frente a los 1.195 millones de 2020 y los 1.173 millones de 2019), aunque se llevó un batacazo en el cuarto trimestre (151 millones, un 75% menos). Y ojo, acumula ya una depreciación bursátil del 40% en el último año.
La multinacional de tecnología neerlandesa, que está dedicada principalmente a los sectores de electrónica y asistencia sanitaria, ha tenido que reducir previsiones por problemas en la cadena de suministros y también por las provisiones que ha tenido que hacer por el caso de los respiradores en EEUU. En concreto, varios respiradores que tenían espuma de poliuretano a base de poliéster tuvieron que ser retirados después de que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) advirtiera de posibles riesgos para la salud, y Philips debe repararlos o reemplazarlos.
La deuda neta aumentó, pasando de los 3.808 millones a cierre de septiembre a los 4.676 millones al final de diciembre
La facturación de la multinacional se ha situado en 17.156 millones, un 1% inferior a la obtenida en 2020. “Las ventas se vieron afectadas por varios obstáculos, como los desafíos derivados de la rotura de la cadena de suministro y el aplazamiento de las instalaciones de equipos en hospitales relacionados con el Covid-19”, ha señalado el CEO, Frans van Houten. “Con base de buena demanda de los clientes y la creciente cartera de pedidos, esperamos reanudar nuestra trayectoria de crecimiento y expansión de márgenes en el transcurso de 2022”, ha añadido. Por divisiones, la de diagnóstico y tratamientos ha sido la que más ingresos ha aportado: 8.635 millones, un 8% más en ventas comparables. Le sigue la de cuidados conectados -incluye ventiladores de hospital, imagen diagnóstica y monitores-, con 4.593 millones (-23%); sanidad personal, con 3.410 millones (+9%); y otros, con 519 millones.
Eso sí, Philips tuvo un fuerte batacazo en el cuarto trimestre, cuando el beneficio neto sólo fue de 175 millones, frente al de 607 millones del mismo periodo de 2020, por lo que se desplomó un 75%. Las ventas entre octubre y diciembre fueron de 4.944 millones, un 10% inferiores a las de un año antes (5.235 millones). Y ojo, la deuda neta pasó de los 3.808 millones a cierre de septiembre a los 4.676 millones al final de diciembre.