Philips perdió 1.503 millones de euros hasta septiembre, frente al beneficio neto atribuido de 3.162 millones del mismo periodo del año anterior.
La compañía ha explicado que estas pérdidas se deben a los desafíos operativos y los problemas de la cadena de suministro, a lo que hay que sumar un entorno macroeconómico en deterioro.
Por ello, ha anunciado que despedirá a 4.000 empleados en todo el mundo, alrededor del 5% de su plantilla global.
El fabricante holandés de dispositivos médicos calcula que los costes relacionados con las indemnizaciones y los despidos supondrán alrededor de 300 millones de euros en los próximos trimestres, mientras que se espera que el ahorro anualizado será de 300 millones.
"Mi prioridad inmediata es mejorar la ejecución para que podamos comenzar a reconstruir la confianza de los pacientes, consumidores y clientes, así como de los accionistas y otras partes interesadas", ha señalado el consejero delegado de Philips, Roy Jakobs, quien asumió el cargo el pasado 15 de octubre, sustituyendo a Frans van Houten.
"Esto incluye la decisión difícil, pero necesaria, de reducir de inmediato nuestra fuerza laboral en alrededor de 4.000 puestos en todo el mundo, algo que no tomamos a la ligera y que implementaremos con respeto hacia los colegas afectados", ha añadido.
De cara al futuro, la compañía anticipa desafíos operativos y de suministro prolongados, un empeoramiento del entorno macroeconómico y una persistente incertidumbre relacionada con las medidas de Covid-19 en China, que se compensará en parte con las acciones de productividad y precios de Philips.
En consecuencia, Philips ahora espera una disminución de sus ventas comparables de un dígito medio para el cuarto trimestre de 2022.