El retraso en la publicación del dato de crecimiento de la economía china hacía presagiar lo peor. No hay que olvidar que se trata de una dictadura comunista-capitalista, es decir, la información está manipulada de principio a fin y sale a la luz solo cuando conviene, por ejemplo, tras el congreso del Partido Comunista que coronó por tercera vez consecutiva a Xi Jinping, uno de los peores mandatarios del planeta.

En cualquier caso, el temor inicial quedó en nada este lunes tras conocer que el PIB del gigante asiático creció un 3,9% en el tercer trimestre, superando las previsiones de los analistas, que lo situaban entre el 3,3 y el 3,5%. También supera el 3,2% previsto por el FMI para todo el año.

La mala noticia es que todavía está lejos del objetivo para el conjunto del año, que lo sitúa en el 5,5%.

Sea como fuere, las alarmas se encendieron a primera hora de este lunes con la caída de las bolsas asiáticas, que presagiaban algo similar en Europa. El índice CSI 300 de Shanghai y Shenzen, dos de las tres plazas más importantes de la región cayó cerca de un 3%, mientras que la bolsa de Hong Kong se precipitó más de un 4%.

Con estos antecedentes amaneció el IBEX y disipó todas las dudas al cerrar la sesión -lunes 24- con un alza del 1,79%, hasta los 7.680,50 puntos. Pero no se relajen, porque la semana también nos deparará la reunión del BCE en la que volverá a subir los tipos de interés para aplacar la inflación en la Eurozona, que cerró septiembre en el 9,9%. La cuestión es si será otro arreón del 0,75%.