“Aprender de la mano de grandes profesionales como César Alierta, Rafael Oliva, Juan Martín Lucas, José María Cobián, Rafael Sarandeses, Pedro Taberna… No está pagado”. Cuenta este madrileño, colchonero, aficionado a los coches (tamaño natural y a escala).

Economista y miembro del Instituto Español de Analistas Financieros desde 1983, Antonio Castelo empezó, en esto de los mercados financieros, gracias a su padre que desarrolló toda su carrera profesional en Banco Urquijo y en concreto en el departamento de Bolsa. “Comenzó de botones con 14 años y cuando se jubiló era el máximo responsable del Departamento”.

Ahora, Castelo, que no tiene prisa por jubilarse, entre otras muchas cosas, atiende a los medios de comunicación cuando le demandamos información y opinión, como es nuestro caso, sobre lo que ocurre en los mercados financieros y en la economía en general… que no es poco.

Así que, comenzamos.

-Se presenta a nuestros lectores, por favor.

Me llamo Antonio Castelo. Nacido en Madrid en 1959, soy economista y miembro del Instituto Español de Analistas Financieros desde 1983.

Desde 2015 trabajo en iBroker Global Markets SV, una sociedad de valores española, especializada en productos derivados, donde me dedico principalmente al análisis de los mercados financieros y a atender a los medios de comunicación cuando nos demandan información y opinión. En una compañía pequeña como la nuestra, suelo involucrarme en diversas tareas según las necesidades, lo que hace que mi trabajo sea muy variado y dinámico. Me siento tan afortunado disfrutando de lo que hago que, de acuerdo con mis jefes, he decidido no tener prisa por jubilarme.

A lo largo de mi carrera he compaginado mi pasión por los mercados financieros con mi interés por la formación y la comunicación. Durante 17 años, fui profesor de Análisis Fundamental en el Máster en Mercados Financieros de la Escuela de Negocios San Pablo-CEU y he impartido formación en los cursos de verano sobre mercados financieros de la Universidad Complutense de Madrid.

En lo personal, llevo casado 42 años con la mujer que ha tenido la paciencia de aguantarme durante todo este tiempo. Soy padre de un hijo de 35 años que ha optado por no seguir mis pasos en el ámbito financiero, prefiriendo el sector sanitario, como su madre.

Soy un apasionado y orgulloso seguidor del Atlético de Madrid, una lealtad que a veces cuesta explicar a los demás, pero que los colchoneros entendemos sin necesidad de más palabras. Además, disfruto del automovilismo, tanto en su versión real (1/1) como a escala (1/32), y me encanta coleccionar y competir con coches de slot (lo que muchos reconocerán como Scalextric).

-Y… llega a esto de los mercados ¿por?

Mi padre, es “dos veces culpable” de que yo esté aquí. Él desarrolló toda su carrera profesional en Banco Urquijo y en concreto en el departamento de Bolsa. Comenzó de “botones” con 14 años y cuando se jubiló era el máximo responsable del Departamento.

Muchos de sus amigos trabajaban en los mercados financieros y su entorno, por lo que era frecuente que los temas de conversación en casa tuvieran que ver con la Bolsa. Así que, siendo un crío, con 15 años, decidí que tenía que entender que era “todo aquello de lo que se hablaba” y un buen día, sin dar explicaciones en casa, me presenté en la entrada del Palacio de la Plaza de la Lealtad. El conserje primero no me dejó pasar, luego, ante mi insistencia, me llevó con mi padre. Primero se enfadó y me echó una buena bronca, pero luego, cuando terminó la sesión (entonces la contratación era a viva voz y la sesión terminaba a las 12 del mediodía), me paseó por el parqué y me explicó algunas cosas muy básicas. A partir de entonces y ya con los permisos oportunos, comencé a ir a la Bolsa con más frecuencia.

Al final, para una sociedad es muy peligroso que su población se acostumbre a recibir una ayuda, una subvención, que les permita apenas sobrevivir sin más

Años después y ya en segundo de carrera, tuve la oportunidad de comenzar a trabajar en el banco a través de unas oposiciones que se convocaban para familiares de empleados. A mí me gustaba mucho el automovilismo y quería correr… pero hacía falta financiación. Le insinué a mi padre la posibilidad de hacer las oposiciones para empezar pronto a trabajar. Pero él fue tajante: “¡Nada de trabajar hasta terminar la carrera! ¡A estudiar!”.

Esta vez el colaborador necesario fue mi tío Javier, hermano mayor de mi padre, que también trabajaba en el Urquijo. Le expliqué que quería “dar una sorpresa en casa” y le pedí que me presentase él sin decir nada. Y efectivamente, dimos la sorpresa. Mi padre, que no tenía idea de mi “jugada”, recibió una llamada del Departamento de Personal del banco para darle la enhorabuena, ya que había pasado los exámenes con nota. Otra vez se enfadó, pero de nuevo tuvo que dar su brazo a torcer ante mi cabezonería… Cuando César Alierta, que era su jefe, se enteró de lo que había pasado, me reclamó para el Departamento de Análisis Bursátil. Así que me encontré estudiando y con una plaza en el que entonces era uno de los centros de referencia de los mercados de capitales de España: Banco Urquijo.

Me siento muy afortunado y me gusta decir con orgullo que hice el máster antes de terminar la carrera. Aprender de la mano de grandes profesionales como César Alierta, Rafael Oliva, Juan Martín Lucas, José María Cobián, Rafael Sarandeses, Pedro Taberna… No está pagado.

Y hasta hoy.

-La inteligencia artificial ha determinado el comportamiento de las Bolsas el último año y medio. ¿Piensa que hay una burbuja?

Uno ya ha visto alguna que otra burbuja y algún que otro “pinchazo de burbuja”, como el protagonizado por las “punto com” a finales del siglo pasado y comienzos de éste. Muchos comparan la actual situación con aquella.

Desde luego que puede haber un paralelismo tanto en cuanto, en aquellos momentos, nadie era capaz de imaginar para qué serviría internet, de la misma forma en la que ahora nadie es capaz de imaginar para que servirá realmente la Inteligencia Artificial. Ni siquiera ahora somos capaces de identificar con claridad las empresas que componen este sector más allá de Nvidia y poco más relacionado con el diseño y fabricación de chips, microchips y semiconductores.

Sin embargo, creo que hay un aspecto importante en el que fijarse y que en aquel momento se obvió completamente: La capacidad de las empresas protagonistas para generar beneficios.

En aquellos años de la aparición de la “fiebre punto com” las empresas pioneras eran incapaces de generar beneficios.

Una población menos culta es más “manejable”. Seguro que los políticos están “muy contentos” con eso

Ahora se dice que estas empresas cotizan a un PER elevadísimo, pero entonces con casi ninguna empresa podíamos hablar de PER, porque mayoritariamente daban pérdidas.

En la búsqueda de múltiplos para valorar, la vista subía desde la parte baja de la cuenta de resultados, parándose en los diferentes escalones sin dejar de ver cifras en negativo (Cash-flow, EBIT, EBITDA…).

Se llegó a valorar por ventas e incluso ¡por número de clientes potenciales!... Cuando ni siquiera se sabía si aquellas empresas llegarían a tener clientes que generasen ingresos suficientes para generar resultados positivos en algún momento del futuro.

Afortunadamente, ahora no es así. Muchas empresas tecnológicas no solamente generan resultados positivos, sino que estos crecen en tasas interanuales en porcentajes importantes, generan caja de forma sustancial hasta el punto de que no necesitan financiación ajena para pagar nuevas inversiones o para financiar nuevos productos porque disponen de liquidez suficiente.

Es verdad que veremos empresas en los próximos años que no serán capaces de generar resultados, pero entonces eso nos dará la pista de una sobrevaloración para aquellas que incurran en esta situación.

También observamos una diferencia importante respecto a la burbuja de las “punto com”: el número de empresas relacionadas que salieron a bolsa entre 1995 y 2000 fue enorme, algo que no ha ocurrido actualmente. La inmensa mayoría de las empresas relacionadas ahora con la Inteligencia Artificial llevan años en el mercado y cuentan con una importante solidez financiera.

-Por orden de importancia. Tres acontecimientos de los que deben estar pendientes las bolsas, los inversores, de aquí a finales de año.

La crisis en Oriente Medio, las Elecciones Presidenciales en Estados Unidos y la evolución de la economía china.

-Cuando empezó 2024, Antonio Castelo estaba convencido (más o menos) de que… y sin embargo…

Pues la verdad es que este año hemos sido bastante consistentes en los pronósticos… y se puede constatar…

En cuanto a las recomendaciones de sectores y valores concretos, la mayor divergencia ha estado en la recomendación sobre empresas relacionadas con las energías renovables (pensaba que éste sería el año de su despegue definitivo… y se han dado una buena bofetada) y también he errado el pronóstico sobre el petróleo (me parecía que la banda de precios se iba a situar entre los 80 y los 90 dólares por barril).

Desde que el Gobierno Chino comenzó a anunciar estímulos a finales del mes pasado, los inversores han pedido que se respalde la flexibilización monetaria con estímulos fiscales

Pero en general hemos sido bastante precisos.

-Uno de los expertos que ha pasado por esta sección de entrevistas dijo que si ganaba Trump era ‘susto’, y si ganaba Harris, muerte. ¿Usted qué opina?

¡Pues exactamente lo mismo que él! Jajaja… De hecho, hay por ahí un vídeo en el que digo exactamente eso… y algunos me dijeron que me había pasado. Pero es exactamente eso lo que pienso.

-La Reserva Federal, ¿aún tiene dudas sobre la inflación?

Es cierto que la inflación parece más controlada y que ahora deben fijarse más en la actividad económica, pero también es cierto que el descenso de la inflación se debe sobre todo a un petróleo mucho más barato de lo esperado y, por eso, las tasas generales retroceden fácilmente mientras que las subyacentes se resisten.

Creo que, aunque no focalicen tanto, los bancos centrales van a seguir de cerca los datos de inflación que, por otra parte, también parece claro que no va a ser fácil que se sitúe sistemáticamente por debajo del objetivo del 2%.

-La próxima reunión de la Fed será un día después de las elecciones en EEUU. Que presión para Powell, ¿o no?

Cualquier decisión que tomen será polémica… Ya hay quienes recuerdan que la Fed ya cometió el error de actuar demasiado tarde para atajar el aumento de la inflación en 2022 y luego les tocó correr.

Si son demasiado lentos esta vez a la hora de bajar tipos, podrían hacer subir el desempleo y llevar a la economía a una recesión.

Pero sinceramente yo no veo una economía americana en recesión. Seguro que hay gente pasándolo mal, pero no hemos visto la situación tan mal como en otras ocasiones. De hecho, sólo hay que mirar dónde están los índices bursátiles.

Creo que bajarán un cuarto de punto esta vez e irán viendo mes a mes qué hacer. Sólo han bajado medio punto de golpe cuando las cosas han estado realmente mal y el mes pasado (personalmente me sorprendió). Ahora no parece que la situación sea tan terrible a pesar de la bajada de septiembre.

En el mercado ahora no se apuesta mayoritariamente a bajadas superiores a 25 puntos básicos.

Los empresarios que no han caído en los problemas que podría generar la deslocalización de los procesos productivos, de la que sólo han visto la rentabilidad fácil

- Por cierto, ¿le puede poner nota a Largarde y a Powell?

Tienen un trabajo muy complicado. Es difícil dejar contentos a todos. Digamos que les pondría un seis.

 

-Hablemos de ‘tipos de interés’. Personalizándolos, ¿quién considera que va camino de ser el protagonista (político, economista, banquero…etc) de este 2024?

Pues mira… Seguro que a todos se nos vienen a la cabeza el nombre de políticos, grandes economistas, presidentes de grandes compañías… Pues no… A mí me vienen a la cabeza esos pequeños autónomos, personajes anónimos, que se dejan el pellejo día a día por sacar adelante su negocio y a pesar de los palos en las ruedas que les meten los políticos.

-¿Hasta qué punto le preocupa Alemania?

Me preocupa Europa. Los desafíos que arrastra la economía europea se han ido acumulando durante años, pero la mayoría de los ciudadanos han tardado en darse cuenta… y los políticos creo que todavía no son conscientes de ello.

Después de décadas de advertencias, un aluvión de evidencias está haciendo innegable que el declive podría volverse imparable. Una Europa dividida está ahora en un punto difícil de abordar.

Los países del norte priorizan la racionalización del mercado interno, Francia e Italia quieren más inversión y los estados del este se centran en la defensa.

La apatía o la resistencia después de la llamada de atención de Mario Draghi para combatir el débil crecimiento de la productividad subrayan cómo la región corre el riesgo de darse por vencida. Falta un líder.

-Y, ¿España? Dicen que nos salva el turismo y los fondos europeos.

Dicen bien…

En España el sector servicios tiene un peso extraordinario en la economía, (aproximadamente un 77%). Después de la pandemia el turismo ha ayudado mucho. Una mejora en el sector sirve para el momento, puntualmente, pero es difícil conseguir mejoras que aumenten la productividad y que generen continuidad. Lo sufrimos precisamente durante la pandemia cuando el sector “se desconectó”.

Aunque pueda parecer un contrasentido, la banca podría verse beneficiada de los movimientos de bajadas de tipos

El crecimiento del Gasto Público es el que está llevando junto con el turismo a los crecimientos del PIB que se muestran y de los que presume el Gobierno. La deuda ha aumentado mucho para mantener esos niveles de gasto público. La inversión privada está muy débil. Esto sirve mucho para salir bien en la foto, pero a futuro es un auténtico problema.

-¿Qué le parece, según publican algunos medios, que el Gobierno esté preparando subidas de impuestos y que vaya a mantener los impuestos a la banca y energéticas?

Pues me parece una barbaridad más. Los políticos son muy poco ocurrentes. Primero gastan lo que no tienen y lo que no deben y después, “impuestos a discreción”… Que paguen la fiesta empresas y ciudadanos…

La solución “original” sería reducir el gasto público. ¿Qué cantidad de gasto público podría suprimirse al ir destinada a asuntos completamente prescindibles?

¿Qué tal si probasen (para variar) a reducir el tamaño del sector público y, sobre todo, de la industria política? ¿De verdad se necesitan administraciones públicas tan sobredimensionadas como las que tenemos?

Los ciudadanos deberíamos de tener en cuenta esto a la hora de emitir nuestro voto.

-Francia: más impuestos para los ricos y menos gasto.

Es lo que decíamos antes… Al final ¿quiénes son los ricos?... Lo del menor gasto público sería razonable, pero a ver si se produce realmente y en qué partidas.

-Comienza la temporada de resultados. ¿Qué espera?

En Estados Unidos, los analistas participantes en los consensos de mercado han continuado revisando a la baja las estimaciones de BPA para el trimestre, con recortes hasta quedar en el entorno al 4% en los últimos tres meses, un nivel muy inferior al +7,8% previsto al inicio del 3T24 y al +11,3% del 2T24.

Todo esto nos hace ver que puede que la campaña se presente poco exigente y eso podría proporcionar un elevado índice de sorpresas positivas. Pero el impacto de esas sorpresas positivas podría ser moderado, en un contexto de elevadas valoraciones, y con los inversores pendientes también de otra campaña, la electoral en EEUU.

La experiencia dice que los impuestos provisionales, transitorios y excepcionales siempre llegan “para quedarse”

En Europa la revisión es más importante, con un descenso del 5% en los BPAs previstos para 2024 y 2025 desde el verano. En el Ibex la revisión es más moderada, no llegando al 2%.

Las revisiones en Europa han estado relacionadas con la prevista bajada del consumo desde Asia para empresas de consumo discrecional (lujo) y automóviles y también algunos analistas han introducido en sus previsiones un más que posible aumento de los impuestos en Italia y Francia y el efecto de mayores bajadas de tipos de referencia en los bancos españoles e italianos.

-Hay algunas estimaciones de resultados récord, de nuevo, para la banca española. De enero a septiembre, en su conjunto, superarán los 23.000 millones…

Por el momento los bancos no están reflejando ni en sus cotizaciones ni en sus cuentas el proceso de bajada de tipos de interés iniciado por los bancos centrales.

Y es que, aunque pueda parecer un contrasentido, la banca podría verse beneficiada de los movimientos de bajadas de tipos, ya que, aunque una bajada de tipos supondría un estrechamiento en sus márgenes, también estas entidades podrían ver incrementado su volumen de negocio al aprovechar empresas y particulares la posibilidad de obtener una financiación más barata. No podemos olvidar que los bancos han sobrevivido a más de una década de tipos de interés “cero”, por lo que tienen mucha experiencia en desenvolverse en situaciones complejas.

-De todo lo que está pasando en la economía, ¿tiene la culpa China?

Tiene su parte de culpa, pero desde luego no toda… Ni siquiera una parte importante.

Aquí hay que mirar de nuevo a los políticos y a los bancos centrales de todo el mundo.

Seguramente los bancos centrales acudieron a la salvación de la economía mundial, con toda su buena voluntad, tras la crisis financiera de 2008, inyectando ingentes cantidades de liquidez.

Pero los políticos, en lugar de agradecer las ayudas y establecer los controles necesarios para evitar que se reprodujeran las situaciones que crearon la crisis, se han acostumbrado a recibir un chorro continuo de liquidez, a obviar los más elementales niveles de control de deuda y déficit público y ahora no ven cómo revertir la situación.

¿De verdad se necesitan administraciones públicas tan sobredimensionadas como las que tenemos?

Y, por qué no decirlo, los mercados también se han acostumbrado y se han vuelto auténticos yonquis de las inyecciones monetarias “a discreción”, haciéndose auténticos dependientes de ello.

Pero también tienen su parte de culpa los empresarios que no han caído en los problemas que podría generar la deslocalización de los procesos productivos, de la globalización, de la que sólo han visto la rentabilidad fácil y el beneficio rápido.

Como todo en la vida, nada es negro total ni nada es blanco total…

-El gobierno chino apuesta por la deuda para tapar la deuda de los estados regionales. ¿Es lo mejor?

Más deuda… Deuda para tapar deuda…Da igual el color político o el tipo de gobierno… Todo se soluciona con más deuda… Nadie se acuerda que la deuda, al final, alguien la tendrá que pagar…

Venimos diciendo desde hace tiempo que China es una gran incógnita para el futuro próximo. No porque vaya a entrar en recesión técnica (seguro que no entrará porque, a pesar de sus problemas endémicos, su economía sigue mostrando crecimiento), sino porque una serie de malas decisiones políticas han generado múltiples problemas estructurales, de los que la punta del iceberg es su maltrecho sector inmobiliario.

Las medidas anunciadas en los últimos días llevaron inicialmente a sus bolsas a las mayores cotas de rentabilidad de los últimos tiempos, pero lo que queda por ver es que sean realmente suficientes para impulsar a la economía China a medio plazo y no un parche más a costa de incrementar la deuda…

Desde que el Gobierno Chino comenzó a anunciar estímulos a finales del mes pasado, los inversores han pedido que se respalde la flexibilización monetaria (grueso de las medidas anunciadas) con estímulos fiscales. Pero aquellos que esperaban obtener una respuesta contundente se han sentido decepcionados.

Tapar deuda con deuda nunca es una buena decisión…

-Por último, una reflexión o… alguna recomendación (y, no hablo solo de mercados)

Llevo muchos años pidiendo formación económica para el grueso de la población. Se habla mucho de ello, pero lo cierto es que, después de más de cuatro décadas de vida profesional, observo que no hemos avanzado nada a nivel general.

El crecimiento del Gasto Público es el que está llevando, junto con el turismo, a los crecimientos del PIB que se muestran y de los que presume el Gobierno

Pero lo peor es que no veo mucho interés en poner remedio a esto, ni por parte de los que “mandan”, ni por parte de los que debieran recibir esa formación.

Una población menos culta es más “manejable”. Seguro que los políticos están “muy contentos” con eso, pero es que a los ciudadanos tampoco parece preocuparles.

Cuando afirmo esto, muchas personas me dicen que los jóvenes actuales están muy preparados, mucho más de lo que nunca han estado generaciones anteriores. Seguro que casos particulares hay, pero me permito dudarlo si generalizamos, cuando todos los días leemos que hacen falta ciertos perfiles de profesionales que curiosamente procederían de estudios muy exigentes (médicos, sanitarios, ingenieros, matemáticos…) a los que los estudiantes no llegan.

Pero es que incluso, en profesiones que a priori exigen menores niveles de formación, también falta mano de obra… y todo ello en un entorno en el que el paro está disparado, especialmente entre los jóvenes… Hay algo que no cuadra…

Al final, para una sociedad es muy peligroso que su población se acostumbre a recibir una ayuda, una subvención, que les permita apenas sobrevivir sin más y que no se inculque desde abajo una idea de esfuerzo y sacrificio para alcanzar metas.