La sostenibilidad vuelve a ser protagonista en el sector bancario. Si hace unos días fue el HSBC el que despidió a un directivo por cuestionar el cambio climático, este miércoles ha sido el Ceo de DWS, la gestora de Deutsche Bank, quien ha dimitido tras un registro policial en las oficinas de la compañía en el marco de la investigación sobre el greenwashing (ecoblanqueo).
Todo comenzó cuando Desiree Fixler, ex directora de sostenibilidad de DWS, desveló que la compañía inflaba los datos sobre los fondos sostenibles gestionados por la firma, con el objetivo de colocar estos productos entre los inversores. Ahora, el que ha salido ha sido el Ceo de la gestora, Asoka Woehrmann, persona de confianza del consejero delegado del grupo, Christian Sewing.
Escuchen a Woehrmann, que al parecer no tiene abuela: “Siempre he trabajado enérgicamente en beneficio de DWS, sobre todo desde que regresé como Ceo en octubre de 2018”. “Hoy, después de los tres años más exitosos de su historia, DWS es significativamente más rentable, estable y ha seguido teniendo un buen comportamiento en un entorno de mercado difícil. Sin embargo, al mismo tiempo, las acusaciones formuladas contra DWS y contra mí en los últimos meses se han convertido en una carga para la empresa, así como para mi familia y para mí”.
Ahora resulta que lo verde, además de caro no es rentable y hay que inflar los números para colocarlo.