José Luis Escrivá, ministro para la Transformación Digital y de la Función Pública, está de capa caída. Su genial idea, anunciada por él mismo hace un mes en el MWC de Barcelona, no ha pasado de ser eso, una idea. Nunca más se supo, ni de la Sociedad Española de Transformación Tecnológica (SETT) ni, por supuesto, de los 20.000 millones de euros que, se supone, iba a gestionar.

Lo cierto, como contamos en Hispanidad, es que el sector nunca le creyó, en primer lugar, porque en ningún momento explicó lo más importante, esto es, de dónde pensaba sacar los millones y, en segundo lugar, porque para gestionar el que hubiera sido el mayor fondo europeo especializado en tecnología haría falta un ejército de expertos en la materia… y no los tiene.

Al margen de la SETT de Escrivá, lo cierto es que la SEPI ya ha adquirido el 3% de Telefónica y tendría otro 2% en derivados financieros. Según la cotización de este martes, ese 3% tiene una valoración de 705 millones de euros y el 2% adicional, otros 470 millones. Así las cosas, el 10% de Telefónica que pretende adquirir el Gobierno tiene una valoración de 2.351 millones de euros que, según parece, saldrán de la Sepi que a su vez los recibirá de los Presupuestos Generales del Estado, que es de dónde sale todo el dinero público, es decir, del bolsillo de los contribuyentes.

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La otra opción son los fondos europeos, aunque Bruselas ya ha alertado de que esos fondos se deben destinar a reindustrializar, no a controlar empresas ya existentes, como pretende Moncloa con Telefónica.

El caso es que la batalla continúa abierta entre los saudíes de STC, que ya poseen el 4,9% de las acciones de la teleco y otro 5% del capital en derivados financieros, y el Gobierno Sánchez que, eso sí, tiene la potestad de vetar la conversión en acciones de ese 5% y la entrada de los saudíes en el consejo de administración.

STC, de momento, no ha solicitado permiso, ni para llegar al 10% ni para entrar en el consejo. Está a la espera de los movimientos de Moncloa y no tiene ninguna prisa, mientras el esposo de Begoña Gómez visita estos días Jordania, Arabia Saudí y Qatar con el objetivo de buscar apoyos para reconocer el Estado palestino.