Nos preguntábamos días atrás si había comenzado el proceso de sucesión en El Santander con el nombramiento de Felipe Morenés Botín hijo de la actual presidente del Banco, Ana Botín, como asesor de la filial mexicana.

Porque lo cierto -ver cuadro- es que de los seis hijos de Emilio Botín Ríos, sólo cuentan ahora la primogénita y el benjamín, Ana y Javier Botín, la alternativa se dibuja entre Ana Botín, presidente del Santander y su hermano Javier, consejero no ejecutivo del primer banco del país y uno de los grandes bancos europeos.

Ana Botín es presidente, Javier Botín consejero no ejecutivo... pero eso no finiquita la cuestión. Además, se trata de mantener el capital familiar unido. Poseer un 1,5% del capital de un gran banco no es una tontería, más representativo que el 5% de BlackRock

Contemplen el cuadro adjunto: Ana Botín, sumando acciones directas e indirectas, posee un 0,2% del capital del Santander. Lo mismo, un poco menos, que posee su hermano y consejero Javier Botín. Pero, ojo, este último representa a otro 1,5% del capital, como responsable de la Sindicatura de los seis hermanos Botín.

En caso de pulso abierto, los derechos políticos son de Javier, no de Ana. Se dirá que esto no significa nada. Es verdad no significa nada y lo significa todo. Se supone que mientras la paz se mantenga, y lo lógico es que se mantenga 'sine die', el asunto carece de importancia. Ana Botín gestiona y manda en el banco mientras su hermano pequeño le vigila de cerca y le exige rentabilidad para la Sindicatura familiar.

 

Además, los Botín saben que las peleas familiares se deben dirimir en la familia, porque si salen al mercado, pierden todos.

Otro factor importante es la edad. Ana botín tiene 63 años, Javier Botín 50. Demasiada diferencia de edad, lo que posibilita la opción Javier.

A la primera, su padre le preparó durante mucho tiempo pero Emilio Botín falleció en 2014 y muchos se han preguntado qué hubiera ocurrido si en aquel entonces Javier Botín no hubiera sido un pipiolo de 41 años. Por ejemplo, ¿porque esta pugna nunca se la imagina nadie entre Ana Botín y su hermano segundo, no menor, Emilio?

Dicho de otra forma, ¿Quién será el próximo presidente del Santander, el hijo de Ana Botín, Felipe Morenés, o su hermano, Javier Botín? Pues depende, al igual de lo que ocurrió con su padre, del tiempo en el que Ana Botín mantenga el cargo. Desde luego, en este momento nadie pretende arrebatárselo.

Por lo demás, el pulso entre la primogénita y el benjamín se mantiene y ambos compran acciones al margen de la Sindicatura o ejecutan derivados. Cada uno posee, como ya he dicho, un 0,2% del capital del banco y, además, Javier Botín posee derechos políticos por otro 1,2%. ¿Situación incómoda? No ¿Situación definitiva? Tampoco.

Emilio Botín le dijo a Corcóstegui que "este" es un banco familiar, con lo que quería advertir que en él puede haber primeros ejecutivos, sí... pero no un presidente que no se apellide Botín

Ana Botín es presidente, Javier Botín consejero no ejecutivo que controla a su hermana presidenta. Ojo, el mandamiento primero es mantener el capital familiar unido. Y no: poseer un 1,5% del capital de un gran banco no es una tontería. Blackrock tiene más, el 5%. Cierto, pero se trata de un fondo. Ya bastante incordian como para que encima, pretendan gestionar. Además, su negligencia en el asunto quedaría a la vista.

Por otra parte: estamos hablando del Banco Santander. Emilio Botín le dijo en cierta ocasión a Ángel Corcóstegui que el Santander era un banco familiar, con lo que quería advertir que en él puede haber 'primeros ejecutivos', todos ellos probos y bien pagados empleados, pero no un presidente que no se apellide Botín.