En vísperas del puente de Todos los Santos, con los españoles en la carretera, el presidente y primer accionista de Ferrovial, el polémico Rafael del Pino, ha señalado a su sucesor al frente del grupo empresarial. Como ya adelantar a Hispanidad se trata de su hijo Ignacio, que acaba de ser nombrado nuevo director general de inversiones, un puesto clave especialmente en Ferrovial. Tanto el fundador, Rafael del Pino Moreno, como su hijo, Rafael Del Pino Calvo Sotelo siempre han rechazado la burocracia que rodea toda compañía y se han preocupado de lo que consideran corresponde un gestor: acertar en sus inversiones y en su control de costes.

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Por otra parte la decisión de marcharse de España y cotizar en Estados Unidos, pero sobre todo la decisión de utilizar como base el semi paraíso fiscal de Holanda, causaron estupor en todo el sector empresarial español y más de uno estuvo a punto de seguir su ejemplo.

El cabreo en el gobierno Sánchez fue de los que hacen época pero ni el gobierno radical que nos pastorea fue capaz de pararle los pies a Del Pino. En cualquier caso, Del Pino es de los que cree que el día en que Pedro Sánchez abandone el Gobierno, será un buen día para recordar. 

De hecho, los resultados de Ferrovial correspondientes a los nueve primeros meses del año  presentados hace 72 horas son incluso mejor de lo esperado. Del Pino seguro que radicado en Holanda y cotizando tiene un mejor acceso a la financiación. Lo que tiene, es como antes que nada acceso a una financiación más barata porque ya no se le considera una empresa española, cuyo riesgo país es el que es.

De todas formas en Hispanidad insistimos que esto no supone un rasgo de patriotismo, precisamente. Ahora hay que seguir a Ignacio del Pino, que se ha escondido el opacidad más absoluta, algo que en principio parece hasta un poco lógico. Pero el hecho de que su padre le haya preferido para director de inversiones, insistimos, puesto clave para su hermano Rafael, supone poco menos que su bendición como sucesor.

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