En Redeia también se ve la injerencia del Gobierno en las empresas, que no sólo está presente en el accionariado. Pedro Sánchez premia a su amiga y exministra Beatriz Corredor con la renovación como presidenta de la compañía hasta 2028, propuesta que se votará en la Junta de Accionistas que se celebrará el próximo 4 de junio, pese a las caídas de ingresos y beneficio en el primer trimestre, y de la mínima inversión en red.
La compañía transportista de luz y operadora del sistema eléctrico español está controlada en un 20% por la SEPI (o sea, el Estado) renovará hasta 2028 a Corredor en la presidencia, quien fue nombrada en febrero de 2020 sin tener ninguna experiencia previa en el sector de la energía. Una renovación donde, al igual que en su nombramiento inicial, pesa más su amistad con Sánchez que sus méritos y se olvida que la red eléctrica está al límite, hay apagones y faltan inversiones, pero Corredor se ha atrevido a decir que eso no lastra el desarrollo de las renovables. Además, también se renovará al CEO, a Roberto García Merino, licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales que trabaja en la compañía desde 2004.
En la renovación de Corredor, al igual que en su nombramiento inicial, pesa más su amistad con Sánchez que sus méritos y se olvida que la red eléctrica está al límite, hay apagones y faltan inversiones
La renovación de Corredor es todo un premio y mucho más si se tienen en cuenta los resultados del primer trimestre, que no han sido buenos, principalmente por el impacto de la finalización de la vida útil regulatoria de los activos anteriores a 1998, que en términos anuales será de 260 millones. Los ingresos han bajado un 11,8%, a 455,7 millones de euros, principalmente por varios motivos: el ya citado y el descenso en las participadas, a 18,6 millones (-8,3%). De hecho, el fin de la vida útil de dichos activos ha repercutido en una menor aportación de la actividad de transporte en el negocio de gestión y operación de infraestructuras eléctricas (que ha ingresado 344,5 millones); y esta no ha podido compensarse con los mejores ingresos en telecomunicaciones, negocio satelital (Hispasat) y actividad de fibra óptica.
Por su parte, el resultado bruto de explotación (ebitda) ha descendido un 15,5%, a 339,6 millones; y el beneficio neto de explotación (ebit) ha caído un 24,4%, a 205,5 millones. El beneficio neto se ha desplomado un 26,7%, a 132,3 millones. Eso sí, a diferencia de los resultados de 2023, la deuda financiera neta no ha dado más disgustos, sino que ha disminuido un 1,7%, a 4.892,2 millones, aunque sigue siendo elevada.
Redeia presume de que sus inversiones han ascendido a 156 millones en el primer trimestre, destacando las dedicadas al desarrollo de la red de transporte (casi 119 millones, un 25% más). Sin embargo, aún tiene que aumentarlas -y mucho- porque (como hemos explicado anteriormente) la red está al límite y hay apagones en distintas zonas. Claro que en esto también tiene culpa la vicepresidenta ecológica, Teresa Ribera, que aún no ha aumentado ni mucho menos ha quitado el tope a la inversión (actualmente del 0,13% del PIB para las distribuidoras y del 0,065% del PIB para las redes de transporte. Tanto Corredor como Ribera (ahora más centrada en ser la cabeza de lista del PSOE para las elecciones europeas y en ser comisaria; y en “la rabia” del PSOE) deberían tomar nota de la advertencia que hizo José Bogas, CEO de Endesa, hace poco más de una semana en la Junta de Accionistas, señalando que es “crítico” y “urgente” invertir en redes... o será imposible la transición energética, y para ello se deben eliminar los citados topes y que “la remuneración sea adecuada para que la inversión tenga una rentabilidad razonable”.
Pese a las caídas de ingresos y beneficios, Redeia no ha recibido castigo bursátil: este jueves, su cotización sube un 1,2%, frente a un Ibex bastante estable (+0,06%). Algo que esperaban los analistas del Banco Sabadell, dado que los resultados han estado en línea con lo esperado por el consenso de analistas y que la compañía ha mantenido sus previsiones anuales. Además, han destacado que hasta finales de año no se conocerá la nueva metodología para el cálculo de la tarifa de remuneración de red del marco regulatorio 2026-31, que sí es un catalizador relevante para la cotización de Redeia, y han aludido a la falta de visibilidad en generación de ingresos a corto plazo.