Renfe ha vuelto a amigarse con Construcciones con Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles (CAF), tras el lío en Asturias y Cantabria. Y es que le ha adjudicado un contrato para suministrar 29 trenes eléctricos para Cercanías por un importe de casi 193 millones de euros.
Recuerden que el error en las medidas de unos trenes encargados a CAF para Asturias y Cantabria no fueron culpa del fabricante de trenes vasco, sino que la pelota se la pasaron entre Renfe y Adif. En un principio sólo se decidieron ceses poco importantes, pero al final, la chapuza acabó provocando las dimisiones de Isaías Táboas e Isabel Pardo de Vera. El relevo elegido para Táboas fue el socialista barcelonés Raül Blanco, que también forma parte de la cuota del PSC: es miembro de la Comisión ejecutiva de la división catalana del PSOE, a la que también pertenece la ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez.
En 2022, la contratación de proyectos de CAF se disparó un 64%, a 6.205 millones, elevando la cartera de pedidos a 13.250 millones (+37%), por lo que tiene carga de trabajo para tiempo... sólo debe cuidar más los márgenes y los costes en este contexto
Blanco ha dado continuidad a la era Táboas en el operador público ferroviario, donde continúa la progresiva reducción de pérdidas y también la apuesta por la renovación de flota. Sin embargo, su primera adjudicación no fue para un fabricante español, sino para uno suizo (Stadler) que también crea empleo industrial en nuestro país desde su planta de Valencia. Ahora se ha conocido una nueva adjudicación de la era Blanco y el elegido ha sido CAF: le suministrará 29 trenes eléctricos para Cercanías por un importe de 192,7 millones de euros, y se contempla la opción de una ampliación de hasta 9 trenes completos más y coches adicionales.
Este nuevo contrato parece devolver algo de normalidad a unas relaciones que habían quedado salpicadas por el lío en Asturias y Cantabria. Se trata del tercero que se lleva CAF, dentro del plan de modernización de Renfe que apuesta por unidades más eficientes y sostenibles, y así se eleva la cifra de negocio de CAF con el operador por encima de los 750 millones. En 2022, el fabricante de trenes vasco desplomó beneficio un 39% y redujo ebitda, debido a la inflación, la crisis de suministros y el bajo margen; claro que su contratación de proyectos se disparó un 64%, a 6.205 millones, elevando la cartera de pedidos a 13.250 millones (+37%), por lo que tiene carga de trabajo para tiempo... sólo debe cuidar más los márgenes y los costes en este contexto que vivimos.