Repsol continúa avanzando en su revolución tranquila y lo hace con nuevos aliados. Ahora ha anunciado la venta del 25% del negocio de exploración y producción (más conocido como upstream en el argot del sector) al fondo de inversión estadounidense EIG, tal y como se llevaba rumoreando desde hace meses.
De hecho, el pasado junio, ante una noticia publicada apuntando a la venta del 25% del upstream, Repsol respondió mediante un hecho relevante remitido a la CNMV señalando que “viene analizando diversas oportunidades y propuestas relacionadas con dicho negocio, sin que se haya tomado ninguna decisión al respecto”. Un movimiento que tendría cabida en su apuesta por la revolución tranquila, la cual se traduce en no vender negocios estratégicos, aliarse con socios; y no tener prisa en la transición, sin renunciar al petróleo y a la industria. Un día después se conocía oficialmente la venta del 25% del negocio de renovables, por lo que la posible venta de una parte minoritaria de upstream tendría que esperar... y la decisión ha llegado ahora.
Imaz destaca que “se validan los procesos de inversión en ‘upstream’ por un tercero, dispuesto a invertir” y que “Repsol es un agente activo de la descarbonización, pero también creemos en el petróleo y el gas”
La compañía multienergética, que preside Antonio Brufau y tiene como CEO a Josu Jon Imaz, mantendrá el control de este negocio, así como la plantilla y el equipo directivo (el cual lidera Francisco Gea desde finales del pasado julio, cuando se presentaron unos buenos resultados semestrales). Un negocio que se considera estratégico y que tiene un valor de empresa total de 19.000 millones de dólares (unos 19.189 millones de euros), por lo que el 25% que se vende supone 4.800 millones de dólares (unos 4.850 millones de euros) que dan flexibilidad y serán “financiación añadida para acelerar otros proyectos de crecimiento” relacionados con “la descarbonización, la economía circular, la transformación de nuestros complejos industriales, la generación renovable, el hidrógeno verde...”, ha explicado Imaz en un vídeo. Además, ha destacado que “se validan los procesos de inversión en upstream por un tercero, dispuesto a invertir” y que “Repsol es un agente activo de la descarbonización, pero también creemos en el petróleo y el gas”. Y ojo, porque la financiación podría ser aún mayor: el acuerdo con EIG incluye una potencial salida a bolsa del negocio, previsiblemente en EEUU, a partir del año 2026, si se dan condiciones de mercado favorables.
EIG es un fondo de inversión especializado en los sectores de energía e infraestructuras, ahora se hace con el 25% del negocio de upstream de Repsol por unos 4.850 millones (unos 3.435 millones en acciones y unos 1.415 millones en deuda neta). Repsol nombrará a cuatro de los ocho miembros del Consejo de Administración de la nueva compañía, incluyendo al presidente, que tendrá voto de calidad; mientras EIG elegirá dos y habrá otros dos consejeros independientes. “La transición energética determina todas las decisiones que tomamos y estamos encantados de asociarnos con un líder global de la talla de Repsol en esta atractiva oportunidad de liderar el cambio en nuestra industria”, ha afirmado R. Blair Thomas, presidente y consejero de EIG. No hay que olvidar que Repsol tiene el objetivo de alcanzar cero emisiones netas en 2050 y que su negocio de exploración y producción quiere liderar la reducción de emisiones de CO2 en el sector, con una disminución del 75% en su intensidad de carbono en 2025 respecto a 2016.
Repsol tiene el objetivo de alcanzar cero emisiones netas en 2050 y que su negocio de exploración y producción quiere liderar la reducción de emisiones de CO2 en el sector, con una disminución del 75% en su intensidad de carbono en 2025 respecto a 2016
El negocio de upstream seguirá centrando su crecimiento en áreas regionales clave, con una cartera de activos diversificada en países OCDE, repartida entre: Norteamérica (EEUU, Canadá y México), Sudamérica (Brasil, Perú, Bolivia, Trinidad y Tobago, Colombia y Venezuela), Europa (Noruega y Reino Unido), norte de África (Argelia y Libia) y Asia (Indonesia). Recuerden que en su Plan Estratégico 2021-2025, Repsol fijó el objetivo de reducir la presencia y los proyectos en este negocio de 25 a 12 o 14 países que son clave, lo que motivó la salida de Rusia y de Malasia, así como la venta de un pozo en Vietnam, por ejemplo, pues busca centrarse en proyectos de ciclo más corto y en cuencas productivas donde se priorizará el valor sobre el volumen. Al mismo tiempo, desde 2020 ha realizado 13 descubrimientos, que suponen unos recursos brutos superiores a 900 millones de barriles de petróleo equivalentes, principalmente en el Golfo de México; y a mediados de agosto, anunció que invertirá 2.555 millones junto a la energética australiana Santos para desarrollar Pikka, un ‘megayacimiento’ en Alaska (EEUU). Además, este año producirá una media de aproximadamente 570.000 barriles equivalentes de petróleo al día y tiene unas reservas probadas y probables de 2.300 millones de barriles, de los cuales casi el 70% son de gas.
Los analistas del Banco Sabadell han valorado la venta del 25% de upstream a EIG como una noticia muy positiva, porque el precio al que se ha cerrado supone superar el rango que se estaba barajando el mercado (entre 14.000-18.000 millones de valor de empresa) y su propia valoración (13.181 millones). Una operación que considera que tiene sentido estratégico porque permite financiar casi todo el capex renovable y que es oportunista al vender en máximos de precios del crudo y gas, y que para Imaz refleja que la acción de Repsol está “infravalorada”. De hecho, la reacción bursátil ha sido disimulada, no como en junio cuando se empezó a rumorear el movimiento (+3,47%): la cotización de Repsol desciende un 0,5% al mediodía de este miércoles, mientras el Ibex se mueve en el -0,01%, y ambos están más contagiados por el contexto energético. En este influye la reunión extraordinaria de los ministros de Energía de la UE que se celebrará el día 9, así como el precio del petróleo (el barril de Brent -de referencia en Europa- cotiza en unos 93 dólares) y también la decisión que tómo el día 5 el grupo OPEP+ -es decir, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus aliados (donde están países como Rusia, México o Kazajistán, entre otros)-: aumentar sólo el nivel de producción en 100.000 barriles diarios para el próximo octubre, como hizo para este mes y lejos del incremento de 648.000 barriles diarios que adoptaron para julio y agosto.
Y en paralelo, Repsol habría acordado la venta de 38.000 hectáreas de petróleo y gas en Alberta (Canadá) y una red de unos 1.800 kilómetros de oleoductos a Teine Energy (empresa que tiene el respaldo de la Junta de Inversiones del Plan de Pensiones de Canadá), según avanza Reuters, por unos 301 millones. Una noticia positiva de impacto limitado, según los analistas del Banco Sabadell, dentro de la estrategia de Repsol de centrarse en zonas estratégicas.